Dimas Gimeno sucede a su tío Isidoro Álvarez al frente de El Corte Inglés
El nuevo presidente, hasta ahora director general, deberá impulsar el proceso modernizador iniciado por el fallecido patriarca del grupo
MADRID. Actualizado: GuardarEl proceso de sucesión del fallecido Isidoro Álvarez al frente de El Corte Inglés sigue por ahora el guión previsto. El consejo de administración acordó nombrar a Dimas Gimeno como nuevo presidente del grupo, según anunció la compañía a través de un escueto comunicado. El sobrino de Álvarez -de 39 años de edad, y que desde ayer también es presidente de la Fundación Ramón Areces- será el encargado de pilotar la nueva etapa de la emblemática firma, marcada por retos bien definidos como son la recuperación del negocio en España, la internacionalización del grupo o su definitiva apertura al mercado de capitales. Manuel Pizarro, consejero y adjunto a la presidencia, será el principal apoyo de Gimeno en esta tarea.
Los ocho miembros del consejo de administración, reunidos en la sede de la Fundación Ramón Areces -primer accionista del grupo, con una participación cercana al 45%-, acordaron así dar continuidad al poder de la estirpe familiar dentro del grupo. Gimeno es el cuarto presidente de la compañía y el relevo natural de Isidoro Álvarez si se tiene en cuenta que en la historia de El Corte Inglés el cetro siempre ha pasado de tío a sobrino: en 1966 Ramón Areces sucedió al primer gran patriarca, César Rodríguez, y en 1989 Isidoro Álvarez ocupaba el puesto que el fallecimiento de Areces dejó vacante.
La tarea que Gimeno tiene por delante es ardua, aunque para llevarla a cabo contará con la inestimable ayuda de Manuel Pizarro. El expresidente de Endesa aterrizaba el pasado mes de julio en la compañía como una apuesta personal de Isidoro Álvarez. No para su relevo, como ahora ha quedado demostrado, sino como el hombre encargado de modernizar la estrategia empresarial del grupo.
Pizarro deberá sacar chispas al nuevo escenario financiero sobre el que, durante el último año, se ha situado la compañía. En 2013 el grupo logró reducir su deuda en 1.100 millones de euros, refinanciar el resto (4.900 millones) y alargar su vencimiento. Además, cerró su primera emisión de bonos por un importe de 600 millones de euros, y la venta del 51% de Financiera ECI al Santander. La apertura a nuevas vías de financiación -el grupo sopesa sacar a Bolsa hasta un 25% de su capital social- será la veta a explotar por Pizarro, un hombre profundamente conocedor de los mercados financieros.
Expansión internacional
Este cambio de estrategia operativa resulta crucial a la hora de llevar a buen puerto uno de los grandes objetivos que Isidoro Álvarez se propuso alcanzar: la expansión internacional del coloso de la distribución. La fuerte competencia que El Corte Inglés encuentra en el mercado ibérico por parte de otras marcas que ofrecen un producto más asequible al consumidor le obliga a ensanchar sus horizontes. Un empeño en el que no tuvo demasiado éxito a principios de la década de los 90, cuando adquirió los almacenes estadounidenses The Harris Company, posteriormente absorbidos por otra compañía.
La internacionalización del grupo no está reñida sin embargo con la necesidad de recuperar el pulso del mercado local. Algo avanzó el pasado ejercicio, porque si bien la facturación del 'holding' volvió a caer (un 1,2%), lo hizo en menor proporción que en 2012, cuando se contrajo un 7%. Además, por primera vez en los últimos seis años vio cómo sus beneficios aumentaban (un 6,2% más, hasta los 174,3 millones de euros). La evolución del negocio en los próximos años dependerá tanto de la recuperación del consumo familiar, como de la capacidad el grupo para mantener su política de precios más bajos, implementada desde mediados de 2012. Entonces, El Corte Inglés decidió sacrificar margen a favor de unos mayores volúmenes de venta, estrategia que parece estar dando ya sus frutos.