«El nivel en lectura y matemáticas es mediocre y lleva estancado veinte años»
La número dos del Ministerio asegura que la enseñanza española tiene «un problema de calidad y no de inversión» Montserrat Gomendio Secretaria de Estado de Educación
Actualizado: GuardarEsta semana la polémica Lomce echó a andar con las quejas de oposición, algunas comunidades y asociaciones de padres. La secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, insiste en las bondades de una reforma «que apuesta por la calidad» y critica el «fracaso» del «modelo socialista».
-¿Cómo ha comenzado el curso?
-Con normalidad. La Lomce orienta sus cambios hacia una mejora de la calidad y la modernización y dinamización de la Formación Profesional para hacerla más atractiva para los estudiantes, porque es un camino poco escogido. En cambio, es una vía muy directa al empleo y esperamos poder reducir las tasas de desempleo juvenil.
-¿Persiste el estigma de la FP?
-Es un error que se ha cometido en los últimos años. La FP se ha desarrollado muy poco porque se consideraba con poco futuro. Creemos que muchos de los jóvenes que abandonan los estudios y parte de los que escogen la trayectoria académica del Bachillerato encontrarían la nueva FP más atractiva. En aquellos países donde no se ha considerado a la FP como una vía secundaria o segregadora, tienen unos niveles de empleabilidad altísimos y, por tanto, las tasas de desempleo juvenil son bajísimas.
-¿Qué le parece la propuesta de Pedro Sánchez de destinar un porcentaje fijo del PIB a la educación?
-Está mal orientada. El informe 'Panorama de la educación' (realizado por la OCDE) pone de manifiesto que la inversión en España, que se duplicó entre 2000 y 2009, está por encima de la media de la OCDE y de la Unión Europea. Tenemos un bajo ratio en el número de alumnos por profesor, unos salarios por encima de la medida y tenemos más años de escolarización: casi el cien por cien de los niños de 3 años están escolarizados y una tasa de acceso a la universidad muy elevada, cumpliendo los objetivos marcados para 2020. Luego hemos cumplido con los objetivos de inversión por encima de la media y estamos muy por encima de otros países cuyos alumnos tienen un rendimiento mucho mejor que los españoles. Por lo tanto, está desenfocado insistir en que el problema de la educación es la inversión.
-¿Dónde está el problema?
-En el rendimiento de los alumnos. Cuando miramos qué aprenden nuestros estudiantes, y estoy hablando de competencias básicas en lectura y matemáticas que son absolutamente esenciales para el desarrollo personal y profesional, el nivel es muy mediocre y lleva estancado veinte años. Porque desde el año 90 llevamos con el mismo modelo educativo socialista de la Logse. No es verdad la leyenda de que ha habido muchas leyes educativas y que eso ha provocado mucha incertidumbre, demasiados cambios y que el sistema es deficiente. Desde 1990 tenemos en España el mismo modelo educativo, el socialista, que a lo largo de ese periodo de implantación ha duplicado la inversión. Pero el rendimiento es muy mediocre y está estancado, lo que demuestra que es impermeable a la inversión. Que las primeras declaraciones de Pedro Sánchez sobre educación sean que hay que aumentar los niveles de inversión, indica falta de conocimiento.
-¿Cómo se busca esa ventaja profesional?
-Muchas veces no se establece el vínculo entre educación, empleo y crecimiento del país. Es un vínculo muy estrecho. A mayor formación, mayor empleabilidad y mejores salarios. En España, en cambio, no es así. La diferencia en competencias básicas entre estudiantes que han abandonado los estudios antes de terminar la ESO y estudiantes que han terminado la universidad es muchísimo más pequeña que en otros países. Esos estudiantes no multiplican sus opciones de entrar a un trabajo cualificado como otros países. En España, los alumnos que dejan los estudios en época temprana tienen dos veces más de probabilidad de estar desempleado que el resto de países de la OCDE. Pero es que en los universitarios, la probabilidad se multiplica por tres. Por eso hay que pasar a políticas de calidad.
-Esa falta de oportunidades laborales de los universitarios, ¿es un problema de la cantidad de facultades, de exceso de estudiantes o de la calidad de la enseñanza?
-El problema es que no están adquiriendo las mismas competencias básicas que estudiantes de otros países. Están a un nivel de bachillerato o FP de grado medio. Por otra parte, hay un problema de sesgo: tenemos al 50% de los universitarios, millón y medio, estudiando ciencias sociales y jurídicas. En cambio, menos del 6% estudian ciencias. Es un desajuste total con el mercado laboral. Después hay que plantearse si no es un error que sean tan generalistas. Ha habido un crecimiento exponencial de titulaciones en los últimos años. Pasamos de un catálogo de 150 a tener unas 2.500 y unas 3.000 titulaciones de máster. Y las universidades tienden a abarcar todas, lo que provoca un exceso de titulaciones con menos de 50 alumnos matriculados. Si las universidades no se diferencian, los alumnos irán a la más cercana a su domicilio sin ser muy selectivos, porque la oferta es muy parecida. Hay que evolucionar a una mayor excelencia. Sería importante poner en marcha una evaluación de calidad de los diferentes departamentos universitarios para que también los alumnos sepan cuál es la calidad de unos y otros.