La óptica, ubicada en el barrio de Astilleros, ha colocado una urna para recoger las gafas viejas. :: ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

Solidaridad de cerca y de lejos

Una óptica gaditana crea un banco de gafas para personas sin recursos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La solidaridad funciona a veces como la energía, ni se crea, ni se destruye, solo se transforma. Puede que a veces se transforme en una campaña de recogida de alimentos, de material escolar, otras en festivales benéficos y hay ocasiones en las que puede viajar en unas monturas de gafas. La óptica People Vision, ubicada en la avenida de Las Cortes en el barrio de Astilleros, ha creado un banco de recogida de gafas usadas que ya no sirven a sus dueños pero que pueden tener una segunda oportunidad para los ojos de otra persona. Es el segundo año que ponen en marcha esta iniciativa aunque esta vez va ligada a una campaña concreta. «Comenzamos a recoger gafas el año pasado. Preguntábamos a los clientes por las gafas que ya no utilizaban, que tenían guardadas en algún cajón perdido», cuenta Joaquín Moguer, propietario del establecimiento. Una vez en la tienda, «le quitamos los cristales, arreglamos los desperfectos que puedan tener y le damos un tratamiento de limpieza», las dejan listas para su reutilización. El primer año los destinatarios eran personas de Cádiz sin recursos. «Hablamos con varias personas de Cáritas y le entregábamos las gafas arregladas para que ellos las distribuyeran entre las personas que las necesitaban». Sin embargo este año han optado por caminar junto a una organización y en un proyecto concreto «para que las personas que entreguen sus gafas viejas sepan con toda certeza quienes son los destinatarios». En este caso, colaboran con el Proyecto Honduras que cada año envía un cargamento de ayuda humanitaria. «Sabemos que aquí la situación es difícil pero allí lo es todavía más. En Honduras las personas se están quedando ciegas porque no pueden permitirse comprar unas gafas». Y es que, como explica Moguer, no tener unas gafas cuando se necesitan puede crear desde problemas de dolor de cabeza, hasta mareos, picores, falta de agudeza visual y desembocar en cataratas, lo que en países subdesarrollados puede acabar «seguramente en una ceguera» ante el difícil acceso a una cobertura sanitaria en estos países.

La colaboración con Proyecto Honduras la mantendrán hasta el próximo mes de marzo, fecha en la que la organización tiene prevista enviar el cargamento hasta el país centroamericano. Una vez vencido el mes, volverán a abrir la caja solidaria aunque esta vez colaborarán con otra asociación. «Queremos colaborar cada año con una organización distinta, ése es el objetivo».

Este óptico está muy satisfecho con la respuesta que están obteniendo. «Las personas están muy concienciadas y dispuestas a ayudar en lo que puedan», explica. El primer año consiguieron recoger unas 300 gafas y desde que pusieran en marcha esta segunda campaña durante este mes de agosto ya han llegado a las 200. «Aprovechamos que no cobramos a la clientela el arreglo de algunas cosas como apretar los tornillos de la montura para que se impliquen en el proyecto y la verdad es que están respondiendo muy bien», afirma. «Cuando le contamos en qué consiste buscan en casa si todavía tienen algunas gafas guardadas». No todas valen, «hay algunas que están en muy malas condiciones, pero podemos arreglar la gran mayoría».

No es la primera vez que en la provincia se lleva a cabo una campaña para mejorar la visión de las personas con menos recursos. El año pasado Cruz Roja en colaboración con la fundación Multiópticas puso en marcha el programa 'Una mirada solidaria' a través del cual entregaron gafas a unas 168 personas en riesgo de exclusión social de la provincia de Cádiz. A diferencia de la labor de Joaquín Moguer, este programa graduaba la vista a los usuarios y les entregaba los anteojos que necesitaban.