El nuevo Gobierno de Irak se presenta como un socio débil contra el EI
El Ejecutivo, que cuenta con el apoyo de EE UU, es incapaz de cubrir los ministerios de Interior y Defensa, que asume el primer ministro Al-Abadi
Actualizado: GuardarTodo está listo para conocer los detalles de la guerra que Barack Obama planea contra el Estado Islámico (EI). Uno de los últimos requisitos exigidos por la Casa Blanda para reforzar su apoyo militar a Irak era la formación del nuevo Gobierno y este trámite se ha superado tras varias semanas de negociación entre las distintas formaciones políticas y sectas. El secretario de Estado, John Kerry, definió el nuevo Gabinete como «un hito para Irak». Washington quiso mostrar su apoyo sin fisuras al nuevo Gabinete y Barack Obama fue el primero en telefonear al primer ministro, Haider al-Abadi, para reafirmar su disposición a combatir contra el EI.
Irak mantiene la norma no escrita de contar con un presidente kurdo, Fuad Masum, un primer ministro chií, Haider al- Abadi, y un portavoz del parlamento moderado suní, Salim al-Jabouri. Esto no cambia, como tampoco el reparto de carteras más importantes entre chiíes y kurdos, Economía y Petróleo -para Rowsch Shaways y Adel Abdul Mahdi respectivamente- y el hecho de que dos ministerios clave como Defensa e Interior queden vacantes por la falta de acuerdo. Al-Abadi adelantó que espera encontrar a las personas idóneas «en una semana», pero de momento hará lo mismo que Nuri al-Maliki y compatibilizará el puesto de primer ministro con ambas carteras. Exteriores pasa también a manos chiíes y será responsabilidad de Ibrahim al-Yafari, ex primer ministro, que recoge el testigo del diplomático kurdo, Hoshyar Zebari.
Las prisas de EE UU han aumentado la presión sobre la cámara para acordar un Gobierno, pero entre la opinión pública suní existe la sensación de que, en realidad, no ha cambiado nada. En la fotografía de presentación se pueden ver las mismas caras de los últimos once años, los mismos políticos que llegaron tras la invasión estadounidense y que han ido saltando de puesto en puesto.
El propio Maliki, máximo responsable del descalabro del Ejército ante la irrupción del EI y apartado de su puesto de primer ministro con el visto bueno de Washington y Teherán pese a ganar las elecciones, ocupa es el nuevo vicepresidente. En este cargo compartirá responsabilidad con dos enemigos políticos como Iyad Alawi, ex primer ministro, y Usama al-Nujaifi, antiguo portavoz del Parlamento y una de las voces más duras con Maliki.
La alianza de EE UU y otros nueve países contra el EI nace, por tanto, con el apoyo de un socio local gobernado por un ejecutivo tan dividido y débil como los anteriores. La gran asignatura pendiente para Bagdad es lograr tender puentes con la minoría suní y conseguir que se sume a la lucha contra un yihadismo que ha hecho de las provincias suníes la base del califato.