Susana Díaz, año 1
La presidenta de la Junta cumple su primer aniversario en el cargo con una potente imagenDe ser una desconocida ha pasado a lograr gran presencia y poder a base de una combinación de autoridad y cercanía, beneficiada por un tiempo falto de líderes
SEVILLA. Actualizado: GuardarHoy domingo se cumple un año de la toma de posesión de Susana Díaz como presidenta de la Junta. En este tiempo no ha habido sobremesa o cenáculo que se precie en el que no se haya formulado la pregunta: ¿Quién es esta Susana Díaz?, ¿cómo de pronto se ha hecho con esa notoriedad, si no la conocía nadie? A medida que su fama es mayor, crece el interés por dar respuestas y también las interpretaciones de las claves de su liderazgo.
Es objeto de estudio por los expertos en comunicación en general y política en particular. Aunque alguno de ellos piensa que liderazgo es palabra mayor y resulta pronto para hablar de ello, no se discute que ha alcanzado una relevancia insólita, no sólo a nivel regional.
Los últimos datos del Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa) confirman un conocimiento casi general, del 82,4%, frente al 34% de Juanma Moreno, presidente del PP, que ya lleva seis meses en el cargo, o el 28% de Antonio Maíllo, coordinador general de IU, elegido en junio de 2013. Incluso aprueba, en tiempos de desapego ciudadano, con un 5,40, sobre el 4,10 de Maíllo y el 3,62 de Moreno.
Diferentes expertos, profesionales independientes, coinciden en que le caracteriza un perfil de mujer «fuerte, atrevida, resolutiva, enérgica», que combina con la cercanía. Eso dicen muchos empresarios que la han tratado: «Es muy cercana» y se asombran: «Te coge del brazo». Pero ¿luego resuelve? Uno de los consultados dice que sí, que se esfuerza por hacerlo pese a las dificultades, muchas inherentes al pacto de gobierno con IU.
Sabe manejar el componente emocional como una maestra, coinciden varios de los expertos consultados. Un dirigente 'crítico' socialista de Jaén llegó a recomendarle que «siga abrazando así».
Se trata, según una fuente cercana, de una mujer «normal», que lleva en su origen social esta empatía sobre todo porque no se ha despegado de él. Sigue viviendo en el mismo barrio de El Tardón, en Triana, que va a la misma peluquería y compra en los supermercados, porque sabe que ahí también se hace política. La gente la reconoce. No tiene gabinete de asesores de imagen, más allá de sus peluqueros, a diferencia de otras políticas. Leire Pajín, por ejemplo, tuvo todo un equipo cuando era secretaria general del PSOE.
Pero ¿cuánto marketing hay tras Susana Díaz? Quienes conocen su 'mesa de camilla' dicen que tiene una estructura muy corta y que no hay gurús o grandes oficinas de estrategia o de construcción de imagen, sino que el éxito se basa en «una personalidad muy fuerte», en su intuición y en «muchas horas de trabajo».
Le ha beneficiado la falta de liderazgo en el PSOE. Su primer gran éxito, en el desayuno del Ritz, cuando Belloch llegó a proclamar que «ha nacido una estrella», por su rechazo al referéndum catalán y una serie de obviedades, resuena tanto porque en ese momento su partido estaba descabezado, sin adoptar una postura y con rumor acuerdos bajo la mesa. Frente a la falta de iniciativa de Rubalcaba aparece ella, «valiente y clara, fajada en el partido, contundente y con mano dura».
Suele decir que era «defensa central» y ahora le toca «repartir juego». Lo hace con la misma determinación en el partido, y en quince días logró recomponer las grietas abiertas durante la etapa de Griñán. Tras el congreso de Almería, cuando el secretario general sufrió un 30% de voto de castigo, Díaz pensó que eso era «una guerra civil» y se puso a la tarea de «recosr». Se plantó en Jaén, núcleo duro de la oposición, volvió a acercarse a los expresidentes Chaves y Borbolla, a quienes consulta con frecuencia, se ganó a Felipe González, que pasó de decir que no la conocía a facilitarle sus contactos para abrirle importantes puertas.
Controla absolutamente el partido, pero a la vez se implica. «El resultado de las europeas (en el que el PSOE sacó al PP casi 10 puntos en Andalucía) no hubiera sido el mismo sin su intensa participación», dice un observador.
Susana Díaz aparece también como una persona «poco acomplejada», capaz de pedir consejo, «que de lo que no sabe se entera». Y lanzada. Así, por ejemplo, cuando acudió al foro de 'La Vanguardia' se ofreció a comentarle al Rey Juan Carlos lo que había visto en su visita a Barcelona. El monarca la recibió en pocos días.
Cuida personalmente su relación con los centros de poder. La punta de iceberg son los convenios con las grandes empresas, que ella misma se ha forjado, como lo ha hecho con los principales medios informativos. «Se ha fajado rápidamente con todo el que pinta algo. Hay que echarle valor al asunto. Otros tardaron años en hacerlo o no lo han hecho nunca. Esto ha contribuido a que su imagen sea respetada, incluso cuidada, en los medios».
¿Pinchará la burbuja?
Otra de las grandes preguntas es si se trata de un fenómeno efímero, si la burbuja pinchará. Es pronto para decirlo, según las fuentes, y habrá que ver cómo evoluciona, porque aún tiene carencias, como no haber ganado unas elecciones a las que se haya presentado, pero la imagen que ha conseguido parece sólida, y eso que ha de lidiar toros temibles, como el de la corrupción.
No opina así el presidente del PP-A, Juanma Moreno, quien cree que «se está desinflando» y que en los numerosos círculos profesionales y sectoriales con los que está tomando contacto existe decepción y malestar con la presidenta, incluso entre los propios socialistas.
Es posible que las altas expectativas jueguen en su contra. Sí, dice uno de los comunicólogos, pero «ya quisieran tener ese problema otros muchos líderes». No defraudar las expectativas preocupa a la presidenta. Según uno de sus asesores, en la base de su decisión de no irse a Madrid como secretaria general está esta razón, aunque hubiera otras muchas. Recibía estos mensajes de la gente. Ha contado que una mujer le dijo en El Rocío: «Chiquilla, primero arregla tu casa».
Un discurso singular
Aunque no tiene una gran retórica expresa sus ideas con claridad y «transmite una cierta credibilidad».
Sin embargo, una experta consultada considera que «el tono de Susana se parece demasiado a Felipe», algo que no suena demasiado bien ahora mismo. Demuestra dominio de la escena, habla sin papeles, su estética es correcta, ha aprendido que debe sonreír cada vez que se le hace una pregunta, pero «debería sacar una sonrisa más auténtica».
Parece, indica, «una cabeza bien amueblada y un discurso hueco» pero que, sorprendentemente, suena a nuevo aunque se repita. Sin embargo, «debe pasar del condicional al gerundio». Esa es la receta de esta 'coatcher' para Díaz: «Más corazón y más gerundios».
Del análisis de su última intervención televisiva salta mucho su constante apelación al yo: «Mis parados», «mis dependientes»... que «recuerdan a Eva Perón». Otro experto en comunicación política cree, sin embargo, que este recurso está muy pensado: se trata de reforzar su propia figura, a fin de crear la «marca Susana», una marca destinada incluso a sustituir la sigla PSOE, que está en sus horas más bajas.
Para otros asesores se trata «de su forma de relacionarse con la vida, es su personalidad».