François Hollande, Petro Poroshenko, Barack Obama, David Cameron, Angela Merkel y Matteo Renzi reunidos ayer en Gales. :: SAUL LOEB / AFP
MUNDO

Obama sondea los apoyos para lanzar su ofensiva contra los yihadistas

El presidente de EE UU encuentra en Cameron su mayor aliado ante la reticencia del jefe de la Alianza, que pide cautela

N UEVA YORK. Actualizado: Guardar
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En medio del debate interno sobre si el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, está siendo excesivamente cauto al abordar la amenaza del Estado Islámico (EI), la cumbre de la OTAN sirvió ayer para calibrar los apoyos de la comunidad internacional en esta lucha encabezada por EE UU y que «no va durar una semana, ni un mes o seis meses», según apuntaba en su visita oficial a Estonia. Su objetivo, avanzaba el presidente norteamericano, es que este foro ayude a crear coaliciones regionales que «no sólo combatan al Estado Islámico sino a las redes que potencialmente desestabilizan a nuestros socios en la región».

Desde hace semanas, Obama y su Administración ha repetido como un mantra la necesidad de forjar una coalición internacional para dar esa batalla de forma eficiente, con una estrategia que implicaría no sólo ataques aéreos sino en el terreno. El secretario general de la organización trasatlántica, Anders Fogh Rasmussen, apuntó al inicio del encuentro, celebrado en Gales, que «la comunidad internacional en su conjunto tiene una obligación de frenar el avance del EI».

Sin embargo, Rasmussen señaló ante los medios, que la OTAN no ha recibido ninguna petición del Gobierno de Irak para que les preste asistencia. De hacerlo, cree que habrá quórum para acudir a esa llamada. «Si quisiera que retomásemos las actividades de entrenamiento que veníamos haciendo hasta 2011, los aliados considerarían esa propuesta seriamente», añadió, después de celebrar las acciones individuales adoptadas por varios países aliados como EE UU y Reino Unido para ayudar a Irak.

La alianza de ambos países ante la amenaza directa de los yihadistas es sólida. Barack Obama y el primer ministro británico, David Cameron, mantuvieron una reunión bilateral ayer y firmaron un artículo en 'The Times', en el que resaltaban que los retos a los que se enfrentan son los del mundo entero. También apuntaron que «la seguridad en el siglo XXI» va más allá de un aproximación aislada.

Ambos líderes fueron tajantes al afirmar que «no titubearán en su determinación por confrontar el EI «con el objetivo de asegurar que «nuestros hijos y nietos crecen en un mundo donde las niñas no son secuestradas, las mujeres no son violadas y las familias masacradas por su fe o creencias políticas», escribieron ambos mandatarios.

Como miembros de la OTAN, remarcaron la necesidad de acometer una transición para hacer frente a esos nuevos retos, aumentar los gastos en defensa (sólo cuatro miembros de la organización aportan un 2% del PIB a este fin) e invertir en «construir bloques de sociedades abiertas y libres», incluida la iraquí.

Bombardeos sobre Siria

También mantuvieron un encuentro bilateral el secretario de Defensa británico, Michael Fallon, y el jefe del Pentágono, Chuck Hagel, para analizar cómo construir esa coalición. Con las imágenes de la ejecución del periodista Steven Sotloff todavía en la retina y consciente de que el objetivo del Estado Islámico es «expandirse a otros países del mundo si EE UU y sus socios no lo frenan», como dijo ayer en Newport, Chuck Hagel trabaja en el diseño estrategia para «destruir al EI».

En cuanto a los posibles bombardeos sobre Siria -el otro foco donde se ha hecho fuerte la milicia radical-, el primer ministro británico David Cameron descartó que requieran el beneplácito del presidente Bashar el-Asad si llegan a producirse, según señaló en varias entrevistas con los medios locales. «El presidente El-Asad ha sido parte en la creación del EI y no puede ser la respuesta», declaró.

Preguntado por la situación del periodista británico, David Haines, capturado por el EI en Siria, Cameron defendió también la política de no negociar con terroristas y recordó que aquellos gobiernos que pagan rescates son, finalmente, una de sus fuentes de financiación.