Los vehículos de los residentes comparten la carretera con una columna de tanques del Ejército en la región de Donetsk. :: A. STEPANOV / AFP
MUNDO

Putin pone condiciones para la paz

El presidente ruso plantea a Kiev los requisitos para suspender su ayuda a los separatistas del este de Ucrania

MOSCÚ. Actualizado: Guardar
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El presidente ruso, Vladímir Putin, expuso ayer las condiciones para que su país deje de alimentar el conflicto bélico en el este de Ucrania. Lo hizo tras mantener una conversación telefónica con su homólogo ucraniano, Petro Poroshenko, y la principal exigencia incide en que las tropas de Kiev retiren prácticamente todos sus efectivos de las regiones secesionistas de Donetsk y Lugansk. Putin sostiene que Poroshenko está de acuerdo con sus planteamientos y cree que un acuerdo definitivo sobre este «plan de paz», que nada dice sobre el futuro estatus de los territorios en poder de los separatistas, se alcanzará mañana en Minsk, la capital de Bielorrusia, durante una nueva reunión del llamado Grupo de Contacto, formado por representantes de Kiev, Moscú, la OSCE y los rebeldes. El presidente ucraniano corroboró en gran parte las palabras de su colega ruso al señalar que «la paz es el objetivo número uno». Advirtió que ciertos políticos de su país prefieren «jugar a la guerra» en lugar de escuchar a la ciudadanía que, a su juicio, anhela volver a la vida normal. «Hay un deseo generalizado de paz entre la población, pero algunos politicastros prefieren jugar a la guerra. No lo permitiré (...) la gente debe dejar de morir», dijo Poroshenko.

Dura diatriba

Tal posicionamiento marcaría un punto de inflexión con respecto a los postulados defendidos hasta ahora por el primer mandatario ucraniano, que siempre tachó de «terroristas» a los rebeldes prorrusos y optó por la vía militar como principal recurso para acabar con el conflicto.

Todo esto sucedía mientras el presidente estadounidense, Barack Obama, lanzaba una dura diatriba desde Tallin (Estonia) contra la «agresiva» política de Moscú. «Las tropas rusas que entraron en Ucrania no son una misión humanitaria o de pacificación. Allí se encuentran unidades militares rusas con armas y tanques», declaró Obama en un discurso en presencia de los presidentes de las tres repúblicas bálticas. Según su opinión, los países de la OTAN «deben permanecer unidos contra la agresión rusa en Ucrania». El jefe de la Casa Blanca se pronunció también por aplicar más sanciones contra Moscú.

Lo mismo piensa el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, quien no parece estar muy de acuerdo con la idea de renunciar al este de Ucrania a cambio de paz, sugerida por Poroshenko después de su entrevista telefónica con Putin. Yatseniuk dijo ayer ante sus ministros que el plan del líder ruso «constituye un intento de embaucar a la comunidad internacional en vísperas de la cumbre de la OTAN y de eludir las inevitables decisiones de la Unión Europea sobre una nueva ola de sanciones». Yatseniuk está convencido de que Rusia es «un Estado terrorista, agresor» y propone levantar un gran muro en la frontera común para defender a Ucrania de las incursiones de tropas y mercenarios enviados por el Kremlin.

La página web de la Presidencia ucraniana informó ayer por la mañana de que Poroshenko y Putin habían alcanzado «un acuerdo de alto el fuego permanente». Tal información fue desmentida a continuación por el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, argumentando que Rusia no puede acordar algo así con Ucrania «porque no es una de las partes en el conflicto». No obstante, Peskov aseguró que los dos presidentes hablaron sobre los «pasos» a dar a fin de propiciar el cese de los enfrentamientos en el este de Ucrania. Kiev tuvo después que rectificar su comunicado inicial de la Presidencia señalando que el acuerdo para detener las hostilidades no está aún concluido.

Putin, finalmente, anunció su plan nada más aterrizar en Ulán Bator, la capital de Mongolia, a donde llegó en visita oficial. Su propuesta contiene siete puntos: el cese de los combates, el repliegue de las fuerzas ucranianas a lugares desde donde su artillería no pueda bombardear centros de población, lo que significa replegarse prácticamente de todo el territorio de Lugansk y Donetsk. Establecimiento de un mecanismo internacional de verificación del alto el fuego, excluir el empleo de la aviación de combate por parte de Kiev, intercambio de todos los prisioneros retenidos por ambas partes, apertura de un corredor para facilitar la llegada de ayuda humanitaria y el tránsito de refugiados y, finalmente, permitir que Rusia pueda enviar al este de Ucrania equipos y personal para reparar las infraestructuras dañadas.