La investigación a Pujol pone a CiU contra las cuerdas
El PP tiene en su mano la creación de la comisión, pero duda si alinearse en el Parlament con Esquerra y los demás grupos soberanistas
MADRID. Actualizado: GuardarJordi Pujol y la investigación de su fortuna oculta en paraísos fiscales puede convertirse en la tumba política de Artur Mas. Todos los grupos de la oposición, desde Esquerra Republicana al PP, apoyan la creación de una comisión de investigación en el Parlamento de Cataluña. El problema es que se han presentado dos solicitudes con ámbitos distintos; la de los populares y Ciutadans quiere centrarse en el caso del expresidente de la Generalitat, mientras que la que lleva la firma de los republicanos, Iniciativa y la CUP pretende abarcar las últimas tres décadas, incluidos los 23 años de mandato de Pujol. Un lapso que inquieta sobremanera a CiU porque, según las denuncias que han salido a la luz pública, en ese periodo estaba generalizada la práctica de las comisiones del 3% para la formación nacionalista por la adjudicación de contratos por parte del Gobierno de la Generalitat.
La creación de la comisión de investigación sobre el presunto enriquecimiento ilícito de Pujol y su familia no va a ser inminente porque el próximo pleno del Parlamento de Cataluña se dedicará al debate de política general en la semana del 15 al 19 de septiembre. Como los plenos son quincenales en esa Cámara autonómica el siguiente no se celebrará hasta octubre, aunque no se descarta que la presión de la oposición en bloque fuerce un pleno extraordinario para debatir y votar la petición este mes.
En todo caso CiU se va a emplear a fondo para que ese momento no llegue antes de la comparecencia del expresidente catalán a partir del 22 de septiembre, como planteó en su carta al legislativo autonómico. La vicepresidenta del Ejecutivo catalán, Joana Ortega, criticó «las prisas» por abrir esa investigación antes de escuchar a Pujol. «Los pasos son los pasos -dijo la número dos de Mas en el Gobierno- primero que se explique y, en función de las explicaciones, puede derivar o no en una comisión».
Pero la constitución de ese comité parlamentario puede tropezar con problemas. Es necesario que una de las solicitudes logre la mayoría simple en el pleno y para ello, si no hay ausencias ni abstenciones, se requieren 67 votos afirmativos de los 135 diputados que componen la Cámara, una cifra que se alcanza con el apoyo unánime de la oposición. El PSC y Ciutadans están dispuestos a votar la petición de Esquerra, Iniciativa y la CUP, pero el PP guarda silencio sobre este punto, y sin el respaldo de los 19 diputados populares los apoyos a la comisión se quedarían en 66, uno menos de los necesarios.
El resto de la oposición confía en que el PP venza las reticencias internas a compartir fotografía con Esquerra y el resto de fuerzas soberanistas y se pueda «evaluar e investigar» las fórmulas de fraude y corrupción en «la contratación» de obra pública durante «las últimas décadas» para «depurar responsabilidades políticas e institucionales».
Sería, con independencia de las causas que puedan abrirse en los tribunales, la primera revisión de las supuestas prácticas corruptas desarrolladas en el mandato de Pujol entre 1980 y 2003. Unos años en los que, según la denuncia pública de Pasqual Maragall e infinidad de comentarios extraoficiales, se generalizó la práctica del pago del 3% en comisiones a CiU por parte de las empresas beneficiadas con contratos adjudicados por el Gobierno de Pujol. El exlíder de Esquerra Josep Lluis Carod-Rovira aseguró que la tarifa era del 5%, un porcentaje al que también apuntan las investigaciones de la Guardia Civil.
Miedo
En la federación que lidera Mas «están desesperados», aseguró la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho; mientras que el líder de Ciutadans, Alberto Rivera, apuntó que cunde «el miedo» en las filas nacionalistas porque si Pujol «tira del hilo, cae todo el partido». Con menos acritud, dirigentes de otras fuerzas desde el anonimato coincidieron en que existe mucha inquietud en CiU ante la posibilidad de que se destapen casos del pasado que se creían sepultados.
El Gobierno catalán, sin embargo, puso en duda que todos los grupos de la oposición sean «capaces de ponerse de acuerdo» en la investigación.
El portavoz, Francesc Homs, consideró que se están dando «unos espectáculos» que hacen dudar sobre la capacidad en ponerse de acuerdo, pero prefirió ser «ultraprudente» antes de hacer otros comentarios. El consejero se mordió la lengua para no arremeter contra Esquerra, en teoría socio de CiU en esta legislatura aunque se resista a entrar en el Ejecutivo de Mas. En CiU no entienden esta súbita beligerancia de los republicanos cuando están cumpliendo punto por punto la hoja de ruta que pactaron hasta la consulta del 9 de noviembre.
Esquerra recuerda que en estos dos últimos años ya han salvado en dos ocasiones a CiU de comisiones de investigación sobre el 'caso Palau', otro escándalo de presunta financiación ilegal de Convergencia, unas decisiones que acarrearon severas críticas de los militantes. «No podíamos volver a sacar las castaña del fuego a Mas. Además existe una confesión por escrito de Pujol que no podemos ignorar», comentaron fuentes del partido de Oriol Junqueras.