Adiós al genio de la aguja
Manuel Pertegaz, el primer español en llegar a la Quinta Avenida y modisto de las mujeres más glamurosas, fallece a los 96 años
Actualizado: GuardarVistió a las más altas esferas del panorama social de una época gris y él supo darles color, lujo y glamour. Su carácter estricto y perfeccionista lo encumbró no solo como uno de los grandes de la moda española, sino que lo llevó hasta lo más alto de la alta costura. Pero ayer Manuel Pertegaz cerró para siempre su taller. El genio de la aguja, el hilo y el patrón falleció a los 96 años en su casa de Barcelona.
Los últimos años del mítico diseñador los vivió recluido, sin querer ofrecer ninguna declaración a los medios y sin acudir a ningún acto social. Su retirada ni siquiera se interrumpió cuando Televisión Española grabó, recientemente, un documental que repasa su carrera y en el que participaron desde la condesa de Romanones hasta Lorenzo Caprile. Hacía ya tiempo que había dejado su imperio en manos de sus sobrinas y herederas, aunque solía acudir al número 423 de la Avenida Diagonal para supervisar personalmente las líneas de complementos que continúa desarrollando su equipo creativo. «Él siempre decía que tenía el homenaje y el reconocimiento, sobre todo, de las mujeres a las que había dedicado su trabajo», recordaba ayer emocionada Sionin Caus Pertegaz. Los funerales se celebrarán hoy en el tanatorio de Sant Gervasi de la ciudad condal.
Nacido en Teruel, Manolo -como quería que le llamasen- se trasladó siendo niño a Barcelona. Su talento precoz lo llevó a estar metido en el mundillo desde los 16 años, y a los 25, en plena posguerra, ya poseía su primer atelier, un estudio de referencia entre la clase alta y burguesía barcelonesa. Después llegaría el de Madrid y los viajes a París con su relación con los mundos de Dior y Balenciaga.
Autodidacta, trabajador infatigable, humilde y exquisito en los detalles, Manuel Pertegaz conquistó con su elegancia discreta pero cautivadora. Era un amante de resaltar la belleza femenina pero sin estridencias, siempre defendió que era el vestido el que se debía adaptar al cuerpo de la mujer y no a la inversa. Si bien su ropa definía a la mujer en general, hubo una en especial, Bibis Samaranch, su amiga y confidente, a quien consideró su musa e inspiración desde que la vistió de novia en 1955 para casarse con Juan Antonio Samaranch hasta que falleció en el 2000. Y fueron estas convicciones las que le llevaron a ser pionero en cruzar el charco y llevar sus vestidos hasta la calle más 'chic' de la Gran Manzana: la Quinta Avenida.
De Estados Unidos se trajo el 'Oscar de la costura' por la Universidad de Harvard y la admiración de Hollywood: Ava Gardner o Audrey Hepburn pagaban fortunas por que el maestro diseñara para ellas. Claro que no fueron las únicas. Entre las que han sido sus mujeres se encuentran la Reina Sofía, la Reina Letizia -fue el encargado de su vestido de novia- o la mismísima Jackie Kennedy. Nombres sinónimos de elegancia como los de Marisa Berenson o Aline de Romanones completan una nómina de lujo.
La sucesión de Dior
Su fama y reputación fueron tales que tras la muerte de Christian Dior en 1957 se barajó su nombre para sucederle, una oferta que él rechazó dejando el camino libre para el puesto al joven Yves Saint Laurent. «Conocí a Dior en París. Me recibió en su despacho y me preguntó que a quién prefería en la moda. Le dije que me gustaba Balenciaga y, claro, también Dior. Y él, entonces, me comenta: 'Yo soy Dior como consecuencia de Balenciaga'», contaba el diseñador.
Con el final de los sesenta y la revolución del prêt-à-porter, Pertegaz supo adaptarse y comenzó a diseñar moda masculina, perfumes y complementos, aunque se vio obligado a cerrar su sucursal madrileña. Y es que la obligada transición a la producción en serie marcó el inicio de un declive para los costureros españoles al que el modisto turolense no fue ajeno, a pesar de sus esfuerzos. En 1992 presentó su última colección. Desde ese momento, el maestro se refugió en su taller de alta costura haciendo trajes de novia y vestidos de fiesta especiales, exquisitos y únicos. Los mismos que durante más de siete décadas le encumbraron dentro del mundo de la moda y que le hicieron merecedor de la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes o de la Aguja de Oro, entre algunos de los numerosos galardones recibidos. El último reconocimiento le llegó en 2010 cuando le fue concedido el Premio Nacional de Diseño de Moda, que recibió de la mano de los entonces Príncipes de Asturias, que ayer destacaron el «carácter innovador» y la «excepcional maestría» del diseñador.
«Mi vida ha estado por completo dedicada a la moda. Es éste un duro y apasionante trabajo que requiere facultades, fortaleza, resistencia y la fuerza de un coloso, de un gigante... Pero ha merecido la pena, siempre rodeado de grandes mujeres». Así resumía el 'mago' Pertegaz su gran pasión.