Relevo interrumpido
Las grandes empresas familiares de la provincia afrontan el futuro tras una difícil situación en la que se ha puesto a prueba su fortaleza
Actualizado: GuardarSon malos momentos los que les ha tocado vivir a la empresas familiares de la provincia y han llegado justo cuando sus fundadores preparaban el camino a una nueva generación que estaba llamada a tomar el mando. Muchas de las que fueron motor económico hace unos años afrontan hoy procesos de liquidación o están inmersas en concurso de acreedores. Desde Vipren a Polanco, Procosur o Bornay, símbolos de la economía gaditana que durante años crearon empleo y riqueza en sus ciudades. Hoy vuelven a luchar por salir a flote y recuperar el ritmo. Los leves síntomas de mejoría que se perciben animan a pensar que es posible. Para no repetir quedan ejemplos como los del Grupo Jale o el fiasco de Nueva Rumasa que ha arrastrado a bodegas de Jerez y Sanlúcar. Sus estructuras imposibles y la sombra del fraude planea sobre ambas.
El nuevo escenario que afronta esta segunda hornada de empresarios no es el mismo que dejaron sus padres. El crédito bancario aún tardará en fluir y es probable que no vuelva a ser tan generoso. Los que han perdido el negocio buscan ahora nuevos caminos para emprender y los que aún ven posibilidades, luchan por recuperar el pulso con planes de futuro en una provincia por la que siguen apostando. Porque las grandes empresas no es sólo terreno de multinacionales. Cádiz aún puede presumir de tradición empresarial con importantes firmas que tienen aquí su centro de decisiones. Grupos como El Faro, las bodegas de González Byass, William Humbert o Barbadillo afrontaron y afrontan el relevo generacional con mejores expectativas de futuro, la diversificación de los negocios y la experiencia de una crisis que no ha sido indiferente para nadie.
La modernización de las empresas familiares, con la adaptación de los procesos productivos a la demanda del mercado ha sido un importante reto, el siguiente será la expansión.