Un militar observa a los huérfanos de un orfanato del este. :: REUTERS
MUNDO

Los separatistas recrudecen su ofensiva para abrir un tercer frente de combate

Con el apoyo militar de las fuerzas armadas de Moscú, los rebeldes avanzan sin obstáculos hacia Mariupol, la sede del Gobierno local leal a Kiev

KIEV. Actualizado: Guardar
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Los separatistas prorrusos prosiguieron ayer su contraofensiva para abrir un tercer frente en el este de Ucrania, mientras siguen cercando a miles de soldados ucranianos en la región de Donetsk. Con ayuda de fuerzas rusas, según las autoridades ucranianas, los milicianos lograron avanzar hacia la ciudad de Mariupol, la sede del Gobierno local leal a Kiev y el principal puerto en el mar de Azov.

Los rebeldes aseguraron que habían logrado cercar la ciudad, pero tanto el mando militar ucraniano como los observadores de la OSCE que llegaron esta semana a la zona lo han negado rotundamente. Aun así, las fuerzas militares ucranianas se han afanado durante los últimos dos días en reforzar la defensa de la ciudad, donde miles de personas se manifestaron en contra de los insurgentes. A su vez, los separatistas proclamaron que se han hecho con el control de gran parte del territorio costero limítrofe con la Federación Rusa.

Por otra parte, los milicianos se mostraron dispuestos a atender la petición del presidente ruso, Vladímir Putin, que les llamó en la madrugada del viernes para abrir el cerco en torno a los soldados ucranianos en Donetsk. Según ciertas fuentes, varios miles de soldados ucranianos estarían rodeados en la localidad de Ilovaisk por los milicianos, que estarían dispuestos a abrir un corredor humanitario, pero siempre que sus enemigos entreguen las armas.

Por el momento, continúan las negociaciones entre ambos bandos, ya que Kiev no parece dispuesto a entregar el armamento a los rebeldes, algo que Putin calificó el viernes de «error colosal» que causará «un gran número de víctimas». Por el momento, sólo una treintena de voluntarios aceptaron el ofrecimiento y abandonaron sus posiciones no sin antes deponer sus armas. «Por una parte hay una división de tanques [rusos], por otra un destacamento de paracaidistas. Aunque como enemigos, son mejores que los separatistas de Donetsk. Ofrecieron asistencia médica a los heridos», dijo Semen Semenchenko, comandante del batallón ucraniano Donbass.

Fuera de control

Según el mando militar ucraniano, los rusos bombardearon el aeródromo de Lugansk desde lanzaderas de bocas múltiples de misiles Grad y también arrasaron la localidad de Novosvetlovsk. A su vez, fuentes de la autoproclamada república popular de Donetsk afirmaron que han cercado a otro grupo de soldados ucranianos en Volnovaya, localidad situada entre Donetsk y Mariupol, aunque esto no ha sido todavía confirmado por Kiev. «El mando ucraniano ha perdido definitivamente el control sobre esta parte del frente», aseguró un portavoz separatista a la agencia rusa Interfax.

Por todo ello, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, viajó ayer a Bruselas para pedir a los países miembros de la Unión Europea, además de sanciones contra el Kremlin, cooperación militar. «No esperamos que soldados de otros países combatan en Ucrania para defender la soberanía, la integridad territorial y la inviolabilidad de nuestras fronteras», dijo. Eso sí, agregó, Ucrania espera «cooperación técnico-militar de la comunidad internacional», entre otras cosas en el ámbito de la inteligencia militar.

Mientras, la opositora Yulia Timoshenko abogó por convocar un referéndum de ingreso en la OTAN para el 26 de octubre, coincidiendo con las elecciones parlamentarias anticipadas.

El Gobierno ucraniano anunció su intención de renunciar a su política de no alineamiento introducida por el derrocado presidente, Víktor Yanukóvich, pero Alemania avisó de que la Alianza no tiene intención de aceptar por el momento en su seno a Ucrania.