Editorial

Un buen síntoma social

El incremento en el número de trabajadores autónomos, aunque tenga un origen forzado, aporta esperanzas sobre una recuperación sostenida

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Los datos y las estadísticas admiten muchas interpretaciones y alguna manipulación. Pero los números pueden servir de base a cualquiera para sacar conclusiones propias. El número de trabajadores por cuenta propia, de los autónomos, en la provincia de Cádiz crece al doble de velocidad que en el resto de España. Mientras que a escala nacional el incremento en lo que va de año es de un 2,2% en los municipios gaditanos supera ampliamente el 4%, lo que resulta llamativo.

Es cierto que antes de lanzar cualquier campana al vuelo, es preciso admitir que muchos de estos pequeños empresarios, nuevos emprendedores, se han visto obligados a iniciar esta aventura tras ser expulsados de forma traumática del mercado laboral por cuenta ajena. Siempre es deseable que el paso al emprendimiento se dé por convicción y pasión, por ideas y preferencias pero no por falta de alternativas.

Con todo, a sabiendas de que el pequeño comercio y la hostelería básica suponen el destino mayoritario de estos nuevos autónomos, resulta esperanzador que tantos gaditanos decidan buscar su futuro por libre, con un negocio que aporte los ingresos familiares que ahora parecen un privilegio. Esa inquietud supone un motivo para creer en una recuperación sostenida, basada en el cambio de actitud de una población que ya no espera a ser rescatada por ninguna empresa o industria. Eso sí, es preciso dejar de poner zancadillas y muros a los autónomos. Los nuevos y los de antes.