Los partidos neonazis y euroescépticos se afianzan en Alemania
BERLÍN. Actualizado: GuardarLa Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller federal, Angela Merkel, sigue siendo la primera fuerza política del país casi un año después de las elecciones legislativas. Lo demuestran también los sondeos para los comicios regionales de este domingo en el Estado federado germano oriental de Sajonia, donde la CDU ganará de calle con cerca de un 40% de los votos, porcentaje similar al alcanzado hace cinco años. A gran distancia de sus más inmediatos rivales.
A La Izquierda se le adjudica repetir el 20% de los comicios anteriores, a Los Verdes el mismo 6% y sólo los socialdemócratas ganarán votos apreciablemente para subir del 10% al 15%. Esas cifras hacen presumir unos comicios aburridos si no fuera porque tres formaciones menores luchan por hacerse con escaños en el Parlamento de Dresde y dos de ellas, las más polémicas, parece que lograrán su objetivo.
Se trata de la euroescéptica Alternativa para Alemania (AfD), que hace un año no consiguió por los pelos entrar en el Bundestag, pero si consiguió escaños en el Parlamento Europeo, y del neonazi Partido Nacionaldemócrata Alemán (NPD), que cuenta con representación en la cámara de Dresde en las dos últimas legislaturas y al que en estos comicios los institutos demoscópicos ven de nuevo dentro de ella.
Ignorados
Aunque el NPD es un partido marginal a nivel nacional, en Sajonia ha conseguido afianzarse. Pese a que a comienzos de año las formaciones tradicionales contaban con su desaparición del Parlamento regional, una efectiva campaña de buzoneo ha servido para movilizar a su electorado.
«Como somos ignorados por los medios, la gente aprende a conocernos a través de nuestra propaganda electoral, que claramente tiene efecto», asegura el diputado neonazi Jürgen Gansel, repartió con otros compañeros de su formación más de 80.000 ejemplares de su periódico 'Sachsen Stimme' (La voz de Sajonia) y 850.000 pasquines. Propaganda con referencia a la guerra en Irak y Siria, al aumento vertiginoso de refugiados, al incremento de la venta de la droga en Sajonia o de la delincuencia en la región, inculcando miedos y fobias en un estado que, con un 2,2% de residentes extranjeros.