Un hombre utiliza su cigarrillo electrónico. :: THOMAS COEX / AFP
Sociedad

La OMS, contra el uso del cigarrillo electrónico en espacios cerrados

El organismo considera que no está demostrado científicamente que sus efectos no sean nocivos para la salud

MADRID. Actualizado: Guardar
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El cigarrillo electrónico, esa revolucionaria y casi milagrosa alternativa ante el poder de la adicción a la nicotina que ha conquistado establecimientos, soportes publicitarios y espacios cerrados durante los últimos años, resulta, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), mucho menos inofensivo para la salud de lo que en un principio podría parecer.

A finales del año 2009 sólo dos establecimientos en España se dedicaban a la comercialización del cigarrillo electrónico. Hoy, cinco años después, son un total de 3.100 los locales dedicados exclusivamente a la venta de este dispositivo inhalador y sus accesorios, y otros 4.000 estancos los comercializan habitualmente. En la actualidad existen más de 450 marcas diferentes y los beneficios derivados de sus ventas alcanzaron en 2013 el volumen de casi 2.300 millones de euros, datos que hablan a las claras del auge del cigarrillo electrónico.

Pero esta tendencia imparable ha chocado con el máximo organismo mundial sobre la salud. Tras meses de informes contradictorios la OMS se pronunció finalmente e instó ayer a la prohibición del uso de este sistema electrónico inhalador en espacios cerrados en un informe sobre su uso y regulación. El organismo internacional también solicita a los países medidas regulatorias sobre estos dispositivos y sus líquidos, el veto de la venta a menores y un control responsable de la publicidad, la promoción y el patrocinio de estos productos.

«Las pruebas demuestran que los cigarrillos electrónicos no son sólo vapor de agua, como afirman los fabricantes. Su uso plantea graves amenazas para los adolescentes y los fetos», afirman los expertos de la OMS.

Con todo, laorganización reconoce que el uso de inhaladores electrónicos de nicotina «es probablemente menos tóxico para el fumador que los cigarrillos convencionales», aunque precisa que «actualmente se ignora el alcance de la reducción de los riesgos». Los inhaladores electrónicos de nicotina son dispositivos que no queman ni usan hojas de tabaco pero producen un aerosol inhalado por el consumidor.

Concentración del mercado

El informe de la OMS, que será debatido por sus estados miembros en una reunión en octubre, muestra su preocupación por la concentración del mercado en manos de las empresas tabacaleras internacionales, ante lo que desarrolla una serie de medidas regulatorias, como la prohibición a los responsables del 'E-cigarette' de publicitar sus productos usando reclamos como que el uso de estos dispositivos pueda ayudar a dejar de fumar, al menos hasta que se proporcionen evidencias científicas y convincentes que sustenten esta teoría.

La advertencia del organismo de Naciones Unidas contrasta con la postura de la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico, que considera el informe como un «ataque más al sector mediante argumentos vacíos, que hace caso omiso y da la espalda a la Directiva Europea que regula el cigarrillo electrónico».

Según los principales fabricantes del producto, las críticas al sector «no responden a motivos sanitarios, sino a razones puramente comerciales y económicas. El cigarrillo electrónico podría convertirse en una alternativa menos dañina al tabaco, una herramienta más en la lucha contra el tabaquismo que podría ser parte de la solución y no del problema como atestiguan más de doscientos estudios e informes».

La OMS asegura que entre 2008 y 2012, el número de personas que usan estos inhaladores aumentó un 100% y se prevé que las ventas se multipliquen por 17 antes de 2030. En 2012, 7% de los habitantes de la Unión Europea (UE) de más de 15 años habían probado el cigarrillo electrónico, pero sólo 1% de la población total lo usa regularmente.