Flores depositadas ayer por cada una de las 154 víctimas del accidente de Barajas. :: FERNANDO ALVARADO / EFE
ESPAÑA

«Morir en un avión en España resulta barato; los errores siguen vivos»

Duras críticas de las víctimas del accidente de Spanair a la aseguradora en el sexto aniversario del siniestro, recordado en un emotivo acto

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Poco, muy poco han cambiado las cosas desde aquel fatídico 20 de agosto de 2008 a las 14:45 de la tarde en la terminal cuatro, pista 36-L, del aeropuerto Madrid-Barajas. El proceso penal del accidente en el que murieron 154 personas se cerró de forma definitiva hace dos años. Para los 18 supervivientes del vuelo con destino a Las Palmas de Gran Canaria, «la muerte en vida» se mantiene inalterable en forma de secuelas físicas y psíquicas. Y el siempre complejo capítulo de las indemnizaciones sigue su camino para 70 familiares de los fallecidos y uno de los heridos.

Con este marco de fondo se celebró este miércoles el sexto aniversario de la caída del MD-82 de la desaparecida Spanair. En el cuadro se pintaron de nuevo las caras de emoción, tristeza y rabia de los afectados. Se volvieron a ver las camisetas de homenaje a los suyos (la mitad de las víctimas mortales eran canarias). Las flores en el monumento central bajo la inscripción «en este lugar, siempre en nuestros corazones». Y la música y los poemas en memoria de los que se fueron aquella calurosa tarde de verano.

Para Pilar Vera, presidenta de la Asociación de Afectados del Vuelo JK 5022, el trago más duro cada 20 de agosto es contrastar la lógica emoción por el recuerdo de su sobrina fallecida con la rabia que le provoca el «caos judicial» del caso, «esa dañina sensación de lo repugnantemente barato que resulta morir o lesionarse» en un avión en España, dijo ayer en una comparecencia.

También la certeza de que, pese a la reiterada denuncia de que la seguridad aérea nacional es «precaria», «muchos de los fallos que desencadenaron la tragedia de Spanair siguen hoy en día vigentes». Idéntica lectura a la que hizo este miércoles el sindicato español de pilotos (Sepla) en un comunicado. Al respecto, Vera advirtió de que dichos errores podrían «haberse repetido» en el accidente de Swiftair, el MD-83 español siniestrado en julio en Malí con 116 personas a bordo.

Víctimas y consejeros

Pero el centro de las críticas de la asociación se dirigió a la aseguradora Mapfre, responsables de las indemnizaciones, que ya ha abonado cerca de 21 millones de euros a 75 pasajeros, incluidos 11 supervivientes, y que tiene listos otros 12,8 millones para el resto de afectados con los que no ha logrado un acuerdo, señaló ayer la compañía en una nota. No obstante, con 70 de estas personas se verá las caras en un juzgado civil de Madrid en febrero de 2015.

En suma, la aseguradora ha tasado el accidente en 32 millones de los 1.129 contemplados en la póliza firmada con Spanair, apenas el 3% del total. «Es la cantidad que le paga Mapfre en un año a sus directivos por sentarse una vez al mes en el consejo, ir a comer y que les hagan regalos», denunció Vera.

Por su parte, el abogado de la compañía, Paulino Fajardo, señaló en una entrevista a Efe que este es el coste del siniestro al aplicar los mismos criterios que los tribunales han seguido en casos como el del Yakolev-42, el accidente de tren de Chinchilla o la riada del camping de Biescas. Argumentos insuficientes para las víctimas, que quieren que se aplique la normativa europea de accidentes aéreos, con un baremo mínimo de 130.000 euros por persona.