El presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, en la presentación de un libro de Jordi Pujol, en diciembre de 2012. :: INÉS BAUCELLS
ESPAÑA

Convergencia Democrática formaliza su proceso de divorcio con Jordi Pujol

El partido nacionalista envía un emisario al expresidente para forzarle a que comparezca en el Parlamento catalán

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A pesar de que buena parte de los actuales dirigentes de Convergencia Democrática de Cataluña, sobre todo Artur Mas, se sienten hijos políticos de Jordi Pujol, fundador del partido en los albores de la democracia, la cúpula de la formación ha llegado a la conclusión de que no puede seguir protegiendo al expresidente de la Generalitat y que ha llegado la hora de romper amarras con la persona que representó al nacionalismo catalán durante más de tres décadas.

Un día después de que la portavoz del partido pidiera públicamente al exmandatario catalán que abandonase voluntariamente la militancia de la formación, el coordinador general de CDC, Josep Rull, reveló ayer que la cúpula ya ha reclamado a Pujol que deje de jugar al gato y al ratón con el Parlamento catalán y que el 2 de septiembre se presente en el hemiciclo del parque de la Ciutadella de Barcelona para dar explicaciones sobre el fraude fiscal que él mismo reconoció a través de un comunicado que había cometido durante 34 años.

Fue el coordinador de régimen interno del partido, Francesc Sánchez, quien el martes se desplazó a la residencia veraniega de los Pujol, en Queralbs (Gerona), para decirle al expresidente que cumpla con el requerimiento de la Cámara catalana. En una de sus pocas declaraciones a los medios durante el verano, Pujol afirmó que «ya se verá» si acude o no al Parlamento. «Aún no lo he decidido», dijo hace 15 días. Por aquel entonces, su partido aún no lo presionaba para que diese la cara. Ahora, las circunstancias son otras y Pujol va perdiendo la autoridad moral que tenía sobre la mayoría de dirigentes convergentes, que cada vez marcan distancias más nítidas con el expresidente.

Desde Convergencia desvincularon, en cualquier caso, la petición de comparecencia con la estrategia de defensa jurídica de la familia del expresident. Rull evitó valorar la ofensiva judicial emprendida por los Pujol, que calificó de cuestión «estrictamente privada». Una estrategia que ha causado tensiones en el clan familiar, según el diario Ara, que informó ayer que, por ejemplo, Oriol Pujol se oponía a que su padre emitiese el comunicado de confesión y destruyese asi su legado.

Daños a las siglas

Los Pujol han iniciado una pelea en los tribunales y está por ver hasta dónde llegan sus responsabilidades penales y el alcance de un proceso judicial en el que la familia del expresidente catalán ya ha dado muestras de que va por libre, que antepone los intereses particulares a los de su partido, por el que se sienten traicionados, según fuentes de su entorno.

Y es que, al margen de la batalla en los tribunales, está la derivada política, en un momento muy convulso en Cataluña. Durante los temblores iniciales del seísmo político causado por el escándalo Pujol, Convergencia se mostró bastante remisa a que el fundador tuviera que pasar por el trance del tercer grado en el Parlamento. CiU se abstuvo en la petición de comparecencia aprobada por el resto del arco parlamentario autonómico e incluso algunos dirigentes nacionalistas trataban de restar trascendencia a los hechos confesados por el expresidente.

Sin embargo, con el paso de las semanas, cerca de un mes, la ejecutiva de la formación ha comprobado que el 'caso Pujol' deja a las siglas heridas de muerte y amenaza seriamente, al tiempo, al proceso soberanista. La cúpula de Convergencia ha decidido que tiene que mover ficha. La disyuntiva era dejarse arrastrar por la fidelidad a lo que Pujol ha representado para el nacionalismo o tirar por la calle del medio, hacer borrón y cuenta nueva, y, por propia supervivencia, romper ataduras con quien hasta hace bien poco era honrado como uno de los «padres de la patria».

CDC está ya inmersa en un proceso de refundación y si no es capaz de abrir un cortafuegos respecto a los Pujol puede favorecer a una Esquerra Republicana que cerca a punto de desbancarla.