Tan solo media hora

La semana pasada escuché en la radio a una psicóloga que, hablando de la relajación, señalaba que debemos reservar al menos media hora semanal para hacer lo que nos gusta, pues ello contribuye a cargar las pilas de energía positiva. Descontando el periodo destinado a dormir, la recomendación consiste en dedicar el 0,44% del tiempo en que uno se mantiene despierto a exprimir y saborear la vida; es decir, la sociedad asimila con normalidad que el 99,56% restante pueda ser insípido o aburrido. Inteligente objetivo: durar como una tortuga, pero con el disfrute efímero de una mariposa. Y después se considera incivilizadas a las tribus que no necesitan de terapias para combatir el estrés y tratar de conectarse al hilo placentero de la vida.