EE UU revive los fantasmas del 'caso Trayvon Martin'
El FBI investiga la muerte de un joven negro desarmado a manos de la Policía en un pueblo de Missouri
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarEl espíritu de Trayvon Martin reapareció el sábado en los suburbios de Saint Louis (Missouri), convocado por Michael Brown, otro joven de color desarmado que ha muerto sin necesidad a manos de las fuerzas del orden. Al tercer día de violentas protestas, el FBI anunció el lunes la apertura de una investigación por violación de los derechos civiles, que se llevará a cabo de forma conjunta con la del condado.
Al grito de «¡No dispares!», la población afroamericana de EE UU ha despertado, airada por la facilidad con las que sus jóvenes son confundidos con criminales por simples prejuicios. «¡Hey, hey, Ho, ho, los polis racistas tienen que desaparecer!». Como Trayvon Martin, que murió en Florida a manos de un vigilante de barrio, al que el jurado exculpó de culpa alguna, Brown no portaba armas de ningún tipo y venía de comprar caramelos de una tienda cercana en el barrio de su abuela. Tenía 18 años, no se metía en líos, era buen estudiante y hubiera empezado el lunes sus estudios universitarios.
La versión del amigo que le acompañaba en ese simple paseo a plena luz del día, es que un policía en coche patrulla les conminó malhumorado a que se subieran a la acera, ha explicado Dorian Johnson. Ellos le ignoraron, y el agente sacó el brazo por la ventanilla y le agarró violentamente. Se oyó un disparo y los dos empezaron a correr, mientras que el policía seguía disparando tras ellos. Philip Walker, un vecino que fue testigo de su muerte, asegura que al sentir las balas silbar el chico se detuvo y se volvió hacia el policía con los brazos en alto para entregarse. «El agente que tenía el brazo en alto disparó contra él múltiples veces», dijo ese testigo a la cadena WALB-TV.
La policía no ha dado un versión detallada, pero sostiene que respondía a un enfrentamiento dentro del coche, tras el que Brown intentó quitarle la pistola al patrullero. Cuatro días después, aún no se ha hecho público cuántas balas recibió el joven ni quién es el agente que las disparó, aunque haya sido retirado temporalmente del servicio.
El caso es tan explosivo que la investigación fue delegada inmediatamente al fiscal del condado, lo que tampoco ha satisfecho a la comunidad. De ahí que la intervención del FBI haya sido la única que ha transmitido calma, sobre todo porque implica la posibilidad de un abuso de autoridad, en lugar de intentar encontrar un pasado criminal en la víctima.
Si al cadáver de Trayvon Martin se le echó en cara haber experimentado con marihuana y tener malas notas en el colegio, a Brown sólo se le ha podido encontrar unas fotografías en Facebook con gestos malentendidos. «¿Mike estaba haciendo el símbolo de la paz y la gente cree que era el signo de una banda callejera?», protestó Tosan Tutse-Tonwe, un bloguero de 32 años.
La polémica ha estallado en las redes sociales con la etiqueta de '#ifTheyGunnedMeDown»', con la que muchos jóvenes están colgando en Twitter dos fotos de sí mismos con el reto de cuál elegirían los medios «SiMePegaranUnTiro». La del chico elegantemente vestido que toca el saxofón en la escuela, o la del mismo chico con bandana azul que apunta con el dedo a la cámara, mientras grababa un vídeo de rap con sus amigos. «Apuesto a que si me pegase un tiro la policía los medios elegirían esta última para decir que pertenezco a una banda, que no es para nada verdad», dijo Tyler Atkins, de 17 años.
A Trayvon Martin, cuyo abogado asesora estos días a la familia de Brown, el vigilante le confundió con un delincuente porque llevaba la capucha subida en una noche de lluvia. Pequeños detalles como esos cambian la vida de un hombre negro en EE UU. O más bien, acaban con ella.