ESPAÑA

El PP sostiene que Artur Mas solo es un juguete en manos de Esquerra

Dice que el presidente de la Generalitat no aclara qué va hacer cuando no haya consulta porque la estrategia se la impondrá su socio independentista

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Partido Popular aseguró ayer que Artur Mas repite hasta la saciedad que la Generalitat no tienen «plan B», que no hay camino alternativo a la celebración de la consulta de autodeterminación del 9 de noviembre, porque en realidad lo que no sabe aún es qué hará llegado ese momento. O, más exactamente, qué le obligará a hacer tras la imposibilidad de celebrar el referéndum el único grupo catalán que puede evitar o acelerar la caída del Ejecutivo de CiU, su socio parlamentario, Esquerra Republicana.

El partido liderado por Mariano Rajoy cree que Mas se aferra a la convocatoria de una consulta que sabe a ciencia cierta que va ser prohibida por el Tribunal Constitucional, a petición del Gobierno central, porque no está en sus manos abandonar el callejón sin aparente salida en el que se ha metido con su desafío soberanista. Porque, según el portavoz parlamentario popular, Alfonso Alonso, el presidente de la Generalitat solo es «un juguete en manos de ERC», que será la formación que de verdad decidirá su destino.

Alonso cree que la aparente seguridad que transmitió Mas el martes, en su balance público de fin de curso, la determinación de que ocurra lo que ocurra en noviembre la senda hacia la autodeterminación de Cataluña y hacia la consecución de un estado propio no tiene marcha atrás, es solo una pose, una huida hacia adelante.

Que, en realidad, no sabe si, una vez pinche la consulta, podrá agotar la legislatura hasta 2016, como él quería, o si se verá empujado por Esquerra a un adelanto de los comicios, para convertirlos en plebiscitarios, o si tendrá que ceder a la presión de la poderosa Asamblea Nacional de Cataluña, que le reclama una declaración parlamentaria unilateral de independencia para la primavera si el Estado impide en otoño la celebración del referéndum independentista.

Lo único que sí sabe Mas, según Alonso, es lo que hará Mariano Rajoy, que «no tiene ninguna duda». No permitirá la consulta ni ninguna otra decisión que viole la Constitución o ponga en riesgo la unidad de España y, añadió, puede afirmarlo porque cuenta con el apoyo del PSOE y «con instituciones fuertes y resortes más que de sobra para garantizar la legalidad».

El dirigente popular vaticina que la estrategia de Esquerra, adopte la forma que sea, estará encaminada a alcanzar el control de la Generalitat, sabedora de que todas las encuestas la colocan como la fuerza que podría ganar las próximas elecciones catalanas. «Esto va a llevar a Cataluña a una inestabilidad y a una crisis política que llevará tiempo» solucionar, porque está convencido de que, «cuando se emprende este camino de locura, al final lo que se obtiene es división y radicalidad». No obstante, Alonso, tras describir este futuro cercano de crisis política y territorial, llega a la misma conclusión que Rajoy, quien dijo que, pese a las dificultades, «las cosas volverán a su cauce». La versión del portavoz en el Congreso es que «esto será la antesala de una reacción de una Cataluña moderada que apuesta por la tranquilidad y el trabajo, preocupada por el bienestar social y económico».

Frente constitucionalista

Ciutadans, por su parte, cada vez ve más cerca la posibilidad de un anticipo electoral en Cataluña, por lo que llamó ayer a los otros dos partidos opuestos al soberanismo, PP y PSC, a conformar una alianza para desalojar de la Generalitat a los partidos independentistas en unos comicios que considera que tendrán un carácter plebiscitario. El líder de la formación, Albert Rivera, aclaró que lo de menos es la fórmula que se use, un gobierno de concentración, un ejecutivo monocolor pero con una pacto de legislatura parlamentario -como ocurrió con PSE y PP en Euskadi-, o incluso un gabinete de independientes con el respaldo garantizado de una mayoría en el Parlament.

Los socialistas no ven con buenos ojos la oferta de Rivera. Consideran que la única solución a la encrucijada catalana -«el único plan», según Pedro Sánchez- es que tanto Mas como Rajoy abandonen el pulso, den un paso adelante y se sienten a negociar con todas las demás fuerzas políticas en el Congreso una reforma de tipo federal de la Constitución.