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La ex esposa de Nelson Mandela reclama la casa familiar al sudeste del país

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Winnie Madikizela-Mandela ha abierto la caja de los truenos en torno a la herencia del líder sudafricano. La controvertida segunda cónyuge de Nelson Mandela ha reclamado la propiedad de la casa de Qunu, la pequeña población rural donde el político creció, vivió sus últimos años y fue enterrado.

La polémica segunda cónyuge reclama la hacienda aduciendo que fue adquirida en 1989, mientras su entonces marido se hallaba en la cárcel, con el propósito de convertirse en el hogar de la pareja y sus dos hijas, Zenani y Zindzi. Sus abogados apoyan la solicitud en el derecho consuetudinario nativo, que, según su interpretación, establece que la propiedad ha de recaer en la esposa y descendientes.

La carta con la demanda fue enviada hace dos semanas a Dikgang Moseneke, coejecutor de la última voluntad de Madiba, y aún no tiene respuesta oficial. La residencia, remodelada por el Gobierno para facilitar sus cuidados, está valorada en 3.2 millones de euros y ya había sido objeto de disputas entre los parientes. El testamento del estadista señala que la casa familiar ha de ser utilizada por los suyos a perpetuidad con el fin de preservar la unidad del clan.

Los conflictos en torno a los bienes de Mandela provocaron el descrédito de la familia incluso antes de que el patriarca falleciera.