ESPAÑA

Francia rectifica y confirma que en el avión de Swiftair murieron 116 personas

Concluye la recogida de restos humanos en la zona del siniestro, pero se calcula que las identificaciones tardarán semanas o meses

PARÍS. Actualizado: Guardar
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Las autoridades francesas han comunicado que debido a un error elevaron a 118 el número de fallecidos en el accidente aéreo en Malí de un avión fletado por la compañía española Swiftair cuando en realidad la cifra correcta es la de 116 muertos, que desde un inicio dio como oficial tanto esta empresa como Air Algerie, la aerolínea que tenía alquilada la aeronave.

De esta forma, el número definitivo de fallecidos en el siniestro ocurrido el pasado 24 de julio, cuando el McDonnell Douglas-83 sobrevolaba el este de Malí, en la región de Gao, es de 110 pasajeros y seis tripulantes, estos últimos españoles. Los ocupantes del vuelo, que transitaba entre la capital de Burkina Faso, Uagadugú, y la de Argelia, Argel, eran originarios de quince países diferentes, pero más de la mitad de ellos, 54, tenía pasaporte francés.

Las autoridades del país vecino atribuyen su equivocación a que la cifra total inscrita en la lista de pasajeros facilitada por la aerolínea argelina no era correcta. Según explicó el general Gilbert Diendéré, jefe de la célula de crisis puesta en marcha por el Gobierno de François Hollade, se comprobó que uno de los viajeros que iba a subir al aparato de Swiftair cayó enfermo y anuló su viaje y que la otra persona, una empleada de Air Algérie, finalmente tampoco embarcó.

Pruebas de ADN

La Gendarmería francesa dio ayer por finalizada la investigación sobre el terreno del accidente ocurrido a unos 80 kilómetros de Gosse, tanto la parte de los motivos del siniestro como las operaciones de recogida de restos humanos para su posterior identificación.

Según indicó ayer el diario 'Le Journal du Dimanche', en la zona del siniestro se han recogido más de 1.200 restos, de los que 146 muestras llegaron el viernes a París, donde se centraliza la labor de acogida de los cuerpos e identificación.

El equipo de la unidad nacional de identificación de víctimas de catástrofes, compuesto por once gendarmes y cuatro agentes de la Policía Científica, con los que colaboran cinco policías españoles, acudió a Malí dos días después del siniestro para recuperar todos los elementos que pudieran facilitar el reconocimiento de las víctimas.

Los expertos que trabajaron sobre el lugar no vieron más que «cuerpos profundamente fragmentados» y no identificables «con las medidas habituales de la medicina legal», por lo que la esperanza está puesta en el análisis del ADN.

El limitado perímetro en el que se hallaron restos materiales, de unas nueve hectáreas, y el tamaño de los mismos, sugieren que el aparato cayó contra el suelo a gran velocidad y prácticamente en vertical.

En la investigación colabora también un conjunto de expertos centrado en la recopilación de información sobre los desaparecidos, desde la ropa que llevaban el día del accidente hasta su historial médico.

La última etapa consistirá en comparar los datos sobre el terreno con los facilitados por los familiares, algo que todos los expertos implicados en la tarea calculan que podría durar semanas, meses o «incluso años».