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Maduro consolida su liderazgo en la cumbre del partido socialista venezolano

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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Nicolás Maduro aseguraba días atrás que se le apareció «otro pajarito» diciéndole que Hugo Chávez «está feliz». Un estado emocional que debe compartir con su mentor una vez finalizado el III Congreso del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), el primero tras la muerte de su fundador, tras cinco días de debates y superado el trance que suponía la amenaza de división interna en días pasados. Para el presidente obrero, con o sin pajarillos, termina también una etapa de zozobra política. Sin embargo, antes de cantar victoria, necesitará enderezar la economía del país petrolero, hoy en punto crítico.

Sabe que es clave en este momento y por eso pidió medidas coyunturales para contrarrestar el contrabando y la especulación. También para fomentar la inversión y, de este modo, impulsar el crecimiento económico. De todas formas, los 537 delegados han reafirmado el liderazgo de Maduro al elegirlo sin mayores reticencias presidente del PSUV; el opositor Leopoldo López continúa preso y ha perdido fuerza pese a las denuncias de sus abogados y las protestas de sus simpatizantes. Las protestas callejeras, las 'guarimbas', casi han desaparecido. Y Ramón Aveledo, uno de sus adversarios, renunció ayer a su cargo de secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), advirtiendo que «me hago a un lado, sin romper los lazos con el proyecto. No me voy de la Unidad, solamente cambio mi puesto de lucha».

La primera conclusión del congreso es que las bases chavistas cerrarán filas en torno al elegido de Chávez para sustituirle. Las polémicas suscitadas por algunos exministros, que denunciaban «vacío de poder», «falta de liderazgo» y «corrupción», no han hecho mella en la militancia «roja, rojita».

Inflación asfixiante

Algunas de las 27.000 propuestas presentadas fueron estudiadas entre ministros y delegados. Maduro alabó a su equipo ministerial. «Excelentes jornadas del III Congreso del partido PSUV interpelando a ministros, de ahí saldrán propuestas para la ofensiva de Gobierno», escribió ayer en Twitter.

Por la cuenta que le trae, el oficialismo deberá enderezar el rumbo de la economía, pues los venezolanos soportan una complicada situación en la que se aúnan la vertiginosa inflación -en mayo alcanzó una tasa anual de 60,9%-, y los graves problemas de abastecimiento que provoca la escasez de alimentos y productos básicos, como la harina de maíz, esencial en la dieta diaria venezolana.