La risa impura de las mujeres
Las turcas se levantan contra su viceprimer ministro, que calificó la carcajada femenina como un «acto impúdico»
Actualizado: GuardarSi te ríes fuera de tu casa y te mueves «seductoramente», no eres una mujer decente. Al menos así lo considera el viceprimer ministro turco, Bulent Arinç, que en un discurso contra la «corrupción moral» en Turquía, con motivo de la celebración del Eid al Fitr -fiesta del fin del Ramadán-, cargó contra la risa femnina, lo que ha levantado ampollas en el país otomano.
El escenario de la disputa ayuda a entender la polémica. Turquía es una república que sirve de frontera entre dos continentes -Asia y Europa-, un país con dos países dentro a los que les cuesta entenderse. Uno, la llamada parte «europea», representado por Estambul; otro, el lado «islámico», con Ankara como epicentro. En Turquía, el 99% de la población se declara musulmana, pero hay una fuerte tradición de laicismo. Y a pesar de que el Estado no tiene religión oficial y se define como una república secular, en los últimos años se está dando un giro hacia el Islam, sobre todo con la pretensión del Gobierno, formado por el islamista Partido Justicia y Desarrollo (AKP), de educar a los turcos en un estilo de vida religioso.
En este contexto, Arinç procedió a describir el ideal de mujer y hombre castos. Entre los criterios masculinos, «respetar a su mujer» y «amar a sus hijos». Todo un sacrificio. Para ellas, nada de reírse -la risa, ese impulso impuro- «en voz alta». El viceprimer ministro abogó así por la risa interna de las mujeres, por llevar la fiesta por dentro, cual Mona Lisa. «El decoro es un ornamento de la mujer, y lo es también del hombre. La mujer debe ser decorosa, saber qué es lo decente. No debería reírse en voz alta delante de todo el mundo, ni hacer movimientos seductores», afirmó Arinç.
Pero quién le iba a decir al viceprimer ministro, en su cruzada contra la risa en pos de una sociedad casta y pura, que iba a provocar oleadas de carcajadas entre las mujeres turcas. Todo un cómico por descubrir. Las redes sociales se llenaron de risueñas fotos de mujeres practicando 'El Acto Indecente' -el de la risa, se entiende- con comentarios como «qué divertido, Arinç, no me puedo aguantar», «a reírse todo el mundo» o «cada risa es una rebelión». Y se siguen sumando las impúdicas imágenes bajo el hashtag #direnkahkaha (resiste riendo).
Pero el dirigente turco no se ha quedado ahí. «¿Dónde están nuestras jóvenes, suavemente sonrojadas, bajando su cabeza y apartando la mirada cuando se les mira a los ojos, como un símbolo de castidad?», se preguntó. Además, criticó el uso que las féminas hacen del teléfono. «Las mujeres se dan recetas de cocina por teléfono. ¿Y qué le ha pasado a la hija de Ayse? ¿Cuándo es la boda? Hablen esto cara a cara», recomendó Arinç, un hombre que no amaba a las mujeres sonrientes.