Sociedad

La muerte de un médico de EE UU por el ébola en Liberia dispara todas las alarmas

MADRID. Actualizado: Guardar
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Pertenecer al equipo médico que lucha contra una enfermedad con una tasa de mortalidad en torno al 90% es muy arriesgado. Samuel Brisbane, uno de los doctores estadounidenses más importantes en la lucha contra el ébola, murió ayer a causa de este virus en Liberia, después de haber estado aislado durante dos semanas, según informó el Ministerio de Salud del país, que ya ha calificado el brote de «emergencia nacional». En los últimos días, también el médico jefe de la lucha contra la enfermedad en Sierra Leona, Umar Khan, se ha contagiado del virus, además del médico estadounidense Kent Brantly en Liberia.

«El ébola nos lleva ventaja», señaló Anja Wolz, coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras del centro sanitario de Kailah (Sierra Leona). Otro de los especialistas más destacados en la lucha contra la propagación del virus, el ugandés Sam Mutooru Muhumuza, también falleció el mes pasado.

Aunque hasta el momento eran tres los países afectados por la epidemia (Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona), el pasado viernes Nigeria confirmó la primera muerte por ébola en Lagos, la capital del país y una de las ciudades más pobladas del continente africano. La enfermedad se transite por el contacto directo con la sangre o los fluidos corporales de personas o animales infectados.