La compañía y la aeronave superaron todos los controles

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró ayer que tanto la compañía española Swiftair como el avión MD-83 de su propiedad que el jueves se estrelló en Malí con 118 personas a bordo cumplían con todas las medidas, controles y certificaciones de seguridad impuestas por las legislaciones aéreas española e internacional.

Sáenz de Santamaría indicó que el Consejo de Ministros analizó un informe elaborado por el Ministerio de Fomento que concluye que Swiftair tiene en vigor y en regla todas las licencias para el transporte de pasajeros y que ha pasado en los dos últimos años sin tachas más de 60 inspecciones sobre los protocolos de operaciones y rutas, la formación y capacitación de sus tripulaciones, y la seguridad de su treintena de aeronaves. Indicó que, de hecho, la ruta Uagadugú-Argel que Swiftair operaba para Air Algerie, disponía de todas los certificados de operaciones aprobados y que el aparato siniestrado tenía renovado su certificado de revisión de navegabilidad para todo el ejercicio 2014.

También recordó que el MD-83 que se estrelló no presentaba avería alguna, según las inspecciones pasadas por el aparato en Francia en el último mes. La vicepresidenta destacó las palabras del Gobierno francés, que describió a Swiftair como «una compañía seria». El Ejecutivo de Mariano Rajoy, que sigue manteniendo activo un gabinete de crisis para la coordinación de las derivadas del accidente, ha aportado un avión de carga del Ejército del Aire, un C-295, con base en Dakar (Senegal), para colaborar con el dispositivo internacional que trabaja en la investigación del accidente en el lugar del siniestro y que prepara la operación para la recuperación y posterior repatriación de los restos mortales de los 118 fallecidos. La aeronave ya se ha desplazado la Bamako, la capital de Malí, a donde trasladará personas y materiales desde la región de Gao.