Agustín Comerón.
ESPAÑA

Seis profesionales con una amplia experiencia

El piloto y la primer oficial, ambos residentes en Mallorca, habían volado para Spanair antes del quiebra de la compañía aérea

MADRID. Actualizado: Guardar
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Poco tiempo después de que se conociera la desaparición del vuelo AH5017 operado por Air Algerie, pero perteneciente a la española Swiftair se dispararon los temores de que la tripulación, formada por cuatro tripulantes de cabina y dos pilotos, fuera de nacionalidad española. Aunque los aviones de esta compañía prestan servicio a 'touroperadores' y aerolíneas de diversos países, esta ruta, en concreto, estaba cubierta por personal de nuestro país. Horas después se confirmaron los peores presagios: la totalidad de la tripulación era española, mientras que entre los pasajeros, fuentes de las compañías aéreas, descartaron que se encontraran más ciudadanos españoles.

La tripulación desaparecida en Malí estaba encabezada por el piloto Agustín Comerón, un veterano profesional que procedía de otra aerolínea, ya extinta, también marcada por la tragedia: Spanair, que cesó sus operaciones en enero de 2012 después de cuatro años padeciendo la sombra del accidente del vuelo JK5022 entre Madrid y Gran Canaria, en el que fallecieron 172 personas. Además, el modelo siniestrado de la aerolínea catalana, un McDonnell Douglas MD-82, fue fabricado por la misma firma de la aeronave de Swiftair, un MD-83 con 18 años y con una disponibilidad de 165 pasajeros. Comerón, de origen extremeño, residía en el municipio de Sa Cabaneta (Mallorca).

Tanto por lugar de residencia como por su pasado en Spanair, la vida de Comerón guardaba diversos paralelismos con la de Isabel Gost, también presente en el vuelo siniestrado como primer oficial. Gost, quien procedía de Sa Pobla, población mallorquina conocida en la isla y en el resto del archipiélago porque muchas de sus familias se han venido dedicando generación tras generación a la agricultura.

Así había sido también en el caso de los padres de Gost, que con gran esfuerzo consiguieron dar una buena educación a todos sus hijos. La más soñadora era, sin duda, Isabel, que desde joven ya supo que quería ser piloto. Volar era para ella, cuentan varios de sus conocidos de Sa Pobla, más que un trabajo, una pasión y el cumplimiento de una vocación ya muy temprana en el tiempo. Nacida hace 42 años en Sa Pobla, estaba soltera y no tenía hijos.

Isabel trabajó durante varios años en Spanair, desde 1995 hasta el momento en que esta aerolínea española cerró, pero su carácter previsor hizo que cuando empezó la crisis en la citada compañía pensase en otra posible salida laboral, al menos durante un tiempo. Fue en aquella época cuando Isabel abrió una guardería infantil, con el nombre de 'Confits', que todavía sigue abierta. Con posterioridad, entró a trabajar en Swiftair.

Tristeza en Sa Pobla

Varias personas que trataron y conocieron bien a Isabel, la definieron ayer como una persona con el carácter propio de las mujeres de la zona norte de Mallorca, es decir, luchadora, trabajadora y poco o nada proclive a dejarse vencer por las dificultades. «Cuando estás volando, debes tener los pies en el suelo, los cinco sentidos atentos y sangre fría porque tienes que tomar la decisión correcta en segundos», explicaba en 2012 en una entrevista publicada en la revista Spanorama. «Siempre tenía proyectos, no sabía estarse quieta», comentó ayer un amigo de la familia a este diario. «Se entregaba mucho en todo lo que hacía», añadió otra persona amiga, quien también recordó el apoyo de Isabel a distintos proyectos sociales y solidarios. Esta última frase podría sintetizar, en cierto modo, el sentimiento mayoritario de reconocimiento y de pesar que se percibía en las calles de su localidad de residencia.

El resto de las identidades de la tripulación corresponden a R. G., M. Á. R., R. M., F. C., todos ellos, según comentan fuentes próximas del sector, compartían «vidas profesionales jalonadas por la mala suerte», ya que, a los procedentes de Spanair, se sumaba un tripulante procedente de Air Comet (la aerolínea perteneciente al grupo Marsans, la compañía del ex residente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán, que cesó sus operaciones en diciembre de 2009 por orden de un tribunal británico). Otro de estos profesionales, procedía de Air Europa. Sus lugares de origen se sitúan en San Sebastián y Madrid. Oficialmente, Swiftair no confirmó la identidad de la tripulación española, aunque subrayó que se puso de inmediato en contacto con sus familiares.