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Chantaje con 298 cadáveres
Los prorrusos retienen los cuerpos, se hacen con las cajas negras y quieren una tregua a cambio de seguridad para los expertos
MOSCÚ. Actualizado: GuardarLos separatistas ucranianos han convertido en elemento de chantaje los cadáveres de los 283 pasajeros y 15 tripulantes del vuelo MH17 de Malaysia Airlines derribado el jueves sobre el este de Ucrania. Los mismos rebeldes prorrusos a los que los servicios de Inteligencia occidentales y de Kiev responsabilizan de abatir el aparato con un sofisticado sistema de lanzamiento de misiles facilitado por Moscú se declaran ahora en poder de las cajas negras de la aeronave, se sirven a su antojo de los cuerpos y pertenencias de los fallecidos y condicionan a la declaración de una tregua en la zona cualquier garantía de seguridad para los expertos que deben realizar la investigación de la tragedia.
Ayer se conoció que 196 de los 298 cadáveres fueron retirados del lugar en el que cayó el avión y trasladados a vagones frigoríficos. Los separatistas manifestaron en un primer momento que el tren partiría con destino a Donetsk y, una vez allí, los cuerpos serían distribuidos entre las morgues de distintos centros sanitarios. Sin embargo, el convoy permanecía a última hora de la noche detenido en la estación de ferrocarril de Torez, a escasos kilómetros de la zona en la que se encuentran esparcidos los restos del fuselaje del Boeing. Según las agencias rusas, el tren podría permanecer en esta ciudad hasta la llegada de los expertos malasios, que se encontraban todavía en la capital ucraniana.
El sábado se dijo que 38 cadáveres habían sido ya enviados a Donetsk. En Kiev creen que podrían ser de las personas que estaban más cerca de la parte del avión contra la que impactó el misil. Esos cuerpos tendrían metralla de la explosión y, según una fuente del SNBO, cualquier fragmento, por pequeño que sea, permite determinar de qué cohete se trata e incluso en qué arsenal se almacenaba.
Los insurgentes condicionaron además la seguridad de los observadores, investigadores y componentes de los equipos de desescombro que habrán de llegar a la zona a que sea decretada una tregua. «Garantizaremos la seguridad de los especialistas internacionales si Kiev concluye un acuerdo de alto el fuego», anunció Andréi Purguin, viceprimer ministro de la república de Donetsk. Los combates, sin embargo, continúan en Lugansk. El Gobierno ucraniano reconoció la imposibilidad de crear condiciones de seguridad en las regiones bajo control de los separatistas.
El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) difundió ayer tres nuevas grabaciones que, de no estar manipuladas, pondrían de manifiesto que las milicias separatista de Donetsk se están dedicando a recoger evidencias del lugar de la catástrofe para ocultarlas. Por ejemplo, las cajas negras del Boeing 777. Según la conversación interceptada el viernes por el SBU y colgada ayer en Youtube, Alexánder Jodakovski, identificado como jefe del batallón 'Vostok' de la autoproclamada republica de Donetsk, se dirige a un hombre llamado Alexéi que se encuentra junto a los fragmentos del aparato siniestrado y los cadáveres de los pasajeros.
«Bajo mi supervisión»
«¿Habéis encontrado las cajas negras?», le pregunta. Y después le alecciona sobre lo «prioritario (de) encontrar las cajas negras» porque «los de arriba», en referencia a Moscú, están interesados en ello. «Poneos ahora mismo a averiguar dónde están, esto es ahora lo más importante, porque las cajas deben estar bajo nuestro control».
Tan pronto saltaron a la red las grabaciones, el jefe del autoproclamado gobierno de Donetsk, Alexánder Borodái, se apresuró a admitir que en la zona del siniestro «encontramos elementos del avión que podrían ser las cajas negras». Según sus palabras, estos dispositivos «están en Donetsk bajo mi supervisión personal y serán entregados a expertos internacionales, si es que llegan». En declaración a la radio Eco de Moscú, el líder insurgente opinó que «no hay manera de que los especialistas internacionales lleguen a nosotros» y subrayó que la cajas «nunca se las daremos a representantes de Kiev porque falsificarían los análisis para inculparnos».
Por su parte, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania (SNBO), Andréi Lisenko, afirmó que «los terroristas están haciendo todo lo posible para ocultar las pruebas de la implicación de misiles rusos en el derribo del avión de pasajeros». A este respecto, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, manifestó que los intentos de los rebeldes de destruir pruebas «no les van a salvar, porque tenemos instantáneas tomadas desde satélites mostrando el lugar desde donde fue lanzado el cohete, así como fotos y vídeos de la lanzadera antiaérea 'Buk', grabaciones telefónicas entre los terroristas y otras evidencias irrefutables».
En una entrevista telefónica con su homólogo francés, François Hollande, Poroshenko comparó el 11-S en Nueva York con lo sucedido ahora al avión malasio. El primer mandatario ucraniano subrayó también la similitud del derribo del vuelo MH17 con la tragedia de Lockerbie en 1988, cuando un aparato de la Pan Am fue volado por terroristas libios a las órdenes de Gadafi.