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Alexander tiene la 'zona cero' a 30 metros de casa

El testigo que vio cómo el fuselaje del Boeing 777 destrozaba su tejado se queja de los bombardeos de los ucranianos

GRÁBOVO. Actualizado: Guardar
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En el momento en que el avión de pasajeros malasio pasó a escasos metros de su cabeza antes de estrellarse frente a su casa de madera, Alexander pensó que el cielo se estaba desplomando. «Cuando uno ve que todo empieza a caerle encima de su cabeza, el miedo le paraliza y ya no sabe qué hacer», aseguró ayer a la agencia Efe el testigo de excepción de la catástrofe a la puerta de su vivienda en la localidad ucraniana de Grábovo.

A unos 30 metros de su casa se encuentra la 'zona cero' de la tragedia del avión de pasajeros malasio que se estrelló el jueves con 298 personas a bordo tras haber sido presuntamente abatido por un misil disparado por los rebeldes prorrusos del este de Ucrania, según apuntan los servicios de Inteligencia de Estados Unidos.

«¿Qué ocurrió? Que mucha gente ha muerto y que nadie acierta a dar una explicación. Ninguno de los dos bandos», aseguró, en alusión al Gobierno de Kiev y los rebeldes prorrusos. Una parte del fuselaje del avión destruyó parcialmente el tejado de su casa e incluso un cadáver fue a parar al huerto, aunque ya ha sido recuperado por los equipos de emergencia.

«No vi ninguna explosión»

«Al oír un potente chasquido salimos a la calle y vimos cómo el avión estaba a punto de precipitarse contra la tierra. Corrimos para resguardarnos, pero sólo nos dio tiempo a llegar a la puerta de nuestra casa», dijo. Con ojos de asombro explicó que «tras la explosión del aparato la onda expansiva fue tan poderosa que nos despidió a mí y a mi mujer al sótano de la casa». «Gracias al cielo, estábamos solos, ya que los niños no estaban en la casa».

La delegación de la OSCE acudió a su casa para hacerle algunas preguntas sobre la catástrofe, que mantiene en estado de 'shock' a toda la comarca. «Les dije que no vi ninguna explosión en el aire ni tampoco ningún caza en las inmediaciones», apuntó. Alexander declinó opinar sobre si alguien pudo haber derribado el Boeing 777, pero sí aseguró que «los habitantes de la zona viven en un permanente estado de nervios, ya que los aviones de combate ucranianos la sobrevuelan permanentemente». «El otro día vimos como un avión lanzaba misiles contra la región de Lugansk», relató.