PSOE y PSC reivindican la vía federal como única solución al problema catalán
Miquel Iceta defiende la celebración dela consulta ante el silencio de Pedro Sánchez y Susana Díaz
L'HOSPITALET DE LLOBREGAT. Actualizado: GuardarLa plana mayor del socialismo, representado por el secretario general electo del PSOE, Pedro Sánchez, y por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, arropó ayer al nuevo líder del Partit dels Socialistes de Catalunya, Miquel Iceta, ratificado como primer secretario en el congreso extraordinario del partido. Los dos dirigentes con más peso en el PSOE escenificaron su apoyo al socialismo catalán, en un momento convulso para el PSC, afectado por la crisis interna y la pérdida de respaldo electoral por la polarización del debate soberanista.
PSOE y PSC trataron de lanzar un mensaje de unidad de acción y reivindicaron la reforma federal de la Constitución como «única vía» para solucionar el problema del encaje territorial de Cataluña. «La derecha madrileña y la catalana nos llevan a un choque de trenes», afirmó Sánchez. «Urge la reforma constitucional para que sigamos juntos», exigió Díaz. «Batallaremos para que España no se rompa», remató Iceta.
Los tres coincidieron en apelar al presidente del Gobierno y al de la Generalitat catalana a que dialoguen y pacten una salida al desafío catalán. «Se ha terminado el tiempo de los reproches, es la hora de negociar la reforma de la Constitución», expresó el que dentro de una semana será proclamado nuevo secretario general del PSOE. En la misma línea, la dirigente andaluza instó a los dos mandatarios que se reunirán próximamente a abandonar el «enrocamiento» y el «inmovilismo» e iniciar un diálogo «sincero» en un momento «histórico» entre Cataluña y el resto de España.
La presidenta de la Junta de Andalucía reclamó a Mas y a Rajoy que el diálogo «sea sincero, que no sólo se vean y se hablen, sino que también se escuchen porque, si no, entenderemos que hacen la reunión para que no se diga que no hablan». Iceta también expuso su receta: «Dialogar, negociar y pactar; no hay otra salida».
El dirigente catalán, que toma las riendas de un partido castigado por las divisiones internas y que asiste impotente a la irrupción de nuevos competidores como Podemos o Ada Colau, apeló al PSC de siempre, el que fue fuerte siendo capaz de integrar todas las sensibilidades, y reivindicó un discurso propio, diferenciado del PSOE. Así, la reforma federal de la Constitución es el punto de partida común, pero a partir de ahí los caminos se bifurcan.
Por ejemplo, Sánchez y Díaz, que intervinieron en el cónclave socialista catalán ante la atenta mirada de una silenciosa Carme Chacón, no quieren ni oír hablar de consulta, un tema tabú en el socialismo español y que ha levantado ampollas entre el PSOE y el PSC en los últimos tiempos. Iceta, en cambio, reivindicó ayer una vez más el referéndum, siempre y cuando sea legal y acordado y no el que propone Mas. «No habrá ninguna solución (entre Cataluña y el resto de España) que no pase por las urnas», afirmó.
Nación de naciones
Su propuesta pasa por reconocer a Cataluña como una nación, extremo difícil de digerir en el PSOE, en el marco de una España entendida como una nación de naciones, además de defender un pacto fiscal solidario, un mejor reparto de las competencias y una «constitución catalana, como en todos los estados federales». Es decir, lo que se conoce como tercera vía, que según el líder socialista catalán es la «única posible», si al final se vota, para no cerrar en falso la cuestión catalana.
Tras la salida de Pere Navarro, Iceta se ha hecho con las riendas del socialismo catalán de manera provisinal solo durante un año. Le toca armar al partido ante la consulta del 9 de noviembre y, sobre todo, con vistas a las municipales de la primavera, donde el PSC siempre ha sido poderoso y se juega el ser o no ser.
Para afrontar este año de mandato, Iceta se ha rodeado de una ejecutiva, ratificada por el congreso, de «integración y renovación», en la que hay una mezcla de viejos y nuevos dirigentes socialistas. El problema con los críticos, que amenazan con escindirse, como ya ha hecho la corriente Avancem, la ha resuelto, de momento, nombrando a Ángel Ros como presidente del partido.