ANDALUCÍA

«Jóvenes andaluces pueden estar en camino de los frentes de guerra»

El presidente de Sevilla Acoge alerta de la creciente preocupación de las familias musulmanas por la captación de sus hijos

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Omar El Hartiti, presidente de Sevilla Acoge, no simplifica al hablar del yihadismo, que le preocupa incluso a nivel personal. Su relato se remonta a los orígenes profundos del fenómeno. Cita como ejemplo la reciente represalia israelí por el asesinato de tres adolescentes. El primo del joven palestino quemado vivo, un niño aún, que fue apaleado por los agresores judíos, tiene nacionalidad estadounidense y vive en ese país, en una familia acomodada. «Ese chiquillo no olvidará nunca lo que le ha ocurrido, como no lo han hecho otras tantas víctimas de violencia», afirma. Serán presa fácil de los fanáticos. Su impacto se extiende a la comunidad de jóvenes musulmanes de todo el mundo.

No hay un perfil-tipo de yihadista en ciernes. Omar acaba de volver de Marruecos, donde su asociación ha dotado un aula de informática en un colegio, con la intención de que los profesores controlen el acceso de alumnos a páginas yihadistas. Supo que los dos mejores escolares se han marchado a Irak. Nadie conocía sus intenciones, pero a sus maestros no les ha sorprendido, porque «son gente de alta preparación para la reflexión, que dan muchas vueltas a las cosas y sobre todo las injusticias en el mundo y en especial de su colectivo musulmán».

Sí le consta que hay una cierta demanda, creciente, de jóvenes musulmanes que quieren ir a participar directamente en las guerras de Siria e Irak. «Hay chavales de Andalucía que demuestran una cierta simpatía y atracción por este movimiento, cada vez más, y me inquietan sus deseos ocultos de participar o colaborar en la 'causa'. Me preocupa mucho que algunos pueden estar en camino o que ya están allí. Varios lo quieren pero todavía no han dado el paso. Los comentarios que llegan sobre cómo funciona la captación y el adoctrinamiento indica que es difícil entrar, que han de pasar una selección, porque tienen mucha 'clientela'. Muchos quieren y no son aceptados. Han de tener cualidades especiales, hay una exigencia». Las redes en gran parte se autofinancian: «En Marruecos han detenido a gente que paga para ir a morir. Hay redes que cobran y eliges Irak Afganistán.». En cambio, no consta ninguna caso o información que habla de retornados en Andalucía.

La preocupación entre las familias musulmanas por la posible radicalización de sus hijos es creciente, sobre todo porque no tienen cómo atacarla, ya que los adoctrinados ocultan su interés, llevan vidas paralelas y trabajan a solas.Sí alerta de que el patrón de violencia sobre jóvenes musulmanes en Andalucía contribuye a su radicalización y cita el caso de un joven de 24 años detenido en Sevilla en la primera célula islamista localizada. La familia lo ignoraba. El chico vivía en Sevilla desde los 7 años. Otro chico «estuvo en un centro de menores con 17 años y con todo el trauma interiorizado, llega un momento en que va a la mezquita y es captado. No sabe dónde va, pero su disponibilidad es hacer daño a los que me han hecho daño. Nadie lo sabe, pero el problema está ahí y de pronto revienta».

«Las generaciones que han crecido aquí están en un limbo muy peligroso -indica-. Son chavales fáciles de captar». Las familias viven angustiadas y «los que les toca están destrozados». Cita el caso de un padre que acompaña a sus dos hijos adolecentes cuantas veces quieren ir a la mezquita, para intentar controlar.

Infiltrados y mezquitas

Omar critica las políticas y actuaciones llevadas a cabo desde las instituciones competentes «a partir del 11M en las redes de estos colectivo» las mezquitas, son un caos total. Ya no sirven ni para mezquita, ni para tener información fiable y rigorosa de este fenómeno que no tiene dueños. Tenían que haberlas respetado, hacían un papel muy importante, sobre todo para los jóvenes. Ellos mismos ya no confían en la mezquita, todo está revuelto, con infiltrados por todos lados. No sabes si el imán que han echado hace el trabajo para alguien o al revés».

El presidente de Sevilla Acoge conoce bien la presión de los agentes de seguridad para conseguir información, incluso a cambio de papeles, y asegura que están dispuestos a ayudar a evitar que estos jóvenes se conviertan en una presa fácil para cualquier causa de cualquier grupo o organización, con un atención de prevención permanente y un trabajo intensivo a través de proyectos y actividades a corto y largo plazo. El problema, a su juicio, es que esta ayuda «sirva de algo» y no sea usada para promoción interna. «Una información de este ámbito vale una carrera de una persona de 20 años, porque es un tema prioritario en España y en todo el mundo».