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El Ejército israelí inicia la caza de Hamás dentro de Gaza
Netanyahu asegura que se persigue dar un golpe definitivo a las infraestructuras de la milicia para recuperar la seguridad y la paz
GAZA. Actualizado: GuardarCielo totalmente rojo. Las continuas explosiones al noreste de la Franja tiñeron la noche de este color en medio de fuertes detonaciones y ruido de los motores de los drones y Apaches y las pasadas de cazas a baja altura. La maquinaria bélica israelí rugió como nunca desde el inicio de la operación 'Margen protector' para anunciar el comienzo de la operación terrestre. Pasadas las diez de la noche, el primer ministro hebreo, Benjamín Netanyahu, dio luz verde e Israel comunicó que, «tras diez días de ataques de Hamás por tierra, mar y aire, y tras rechazar las ofertas para tranquilizar la situación, el Ejército ha decidido iniciar una operación terrestre en Gaza». Las autoridades judías señalaron en la misma nota que «el objetivo de las Fuerzas Armadas, definido por el Gobierno, es establecer una realidad en la que los residentes de Israel puedan vivir en paz y seguridad sin que continúe el terrorismo indiscriminado, y dándole un golpe definitivo a la infraestructura de Hamás».
La incursión se inició en el noreste de la Franja, la zona en la que Israel había pedido en dos ocasiones a los civiles que salieran en los últimos días. En esta parte de Gaza se encuentra el hospital Al Wafa que, según denunciaron los escudos humanos internacionales que desde el comienzo de la ofensiva hacen turnos para intentar proteger el único centro de rehabilitación de Gaza donde quedan 17 pacientes ingresados, habría sido objeto de ataques durante los primeros momentos de la operación.
Israel da así un paso más y sigue la misma estrategia que adoptó en 2008 durante la operación 'Plomo fundido', última invasión terrestre de la Franja. La duda ahora es saber si las milicias palestinas combatirán o seguirán en sus escondites, tal y como hicieron hace seis años en la anterior operación. En los últimos días, los dirigentes de Hamás han repetido en varias ocasiones que darían «una respuesta contundente» en caso de que se produjera esta invasión terrestre que ya está en marcha. De hecho, ayer mismo advirtieron de que la invasión israelí acarreará «espantosas consecuencias».
Una tregua efímera
La entrada por tierra se produjo al final de una jornada marcada por una tregua humanitaria temporal de cinco horas en la que ambos bandos suspendieron las hostilidades. Esa tregua parecía que abría una ventana hacia la esperanza de un acuerdo definitivo que ambas partes estudian en El Cairo y que podría sentar las bases para un nuevo alto el fuego que, según fuentes israelíes próximas a la negociación citadas por la cadena BBC, «entraría en vigor a las seis de la mañana». Esta filtración despertó tanto optimismo como sorpresa y al final del día -pese a que israelíes y palestinos admitieron la existencia de contactos con la intermediación de Egipto- quedó totalmente eclipsada por la invasión terrestre que aleja de momento cualquier posible solución dialogada.
En las cinco horas de tregua humanitaria el tráfico volvió a las calles y la Policía, desentrenada tras tantos días en casa, tuvo problemas para regular el tráfico en el centro de la ciudad de Gaza. «Salgo a respirar, a tomar el aire, no abro la tienda porque tenga ganas de hacer negocio, la abro para ver cómo están las cosas y sentarme un rato al aire libre», aseguraba Abu Ahmed a la puerta de su zapatería en la céntrica Omar El Mujtar.
Más que ropa o calzado, la gente salió en busca de combustible para los generadores, imprescindibles debido a los cortes de electricidad, comida y dinero. Cientos de personas se arremolinaban a las puertas del Banco Central a la espera de poder acceder a los cajeros para cobrar sus sueldos. «Esto es más propio de animales que de personas, ¿no? Mira a qué nos obligan los israelíes», lamentaba un funcionario dependiente de la Administración de Ramala que se negaba a tomar parte en la pelea colectiva de empujones y golpes para poder llegar al cajero.
La invasión fue el epílogo de un día cuyo parte de guerra se inauguró con el intento de Hamás de dar un paso más en su ofensiva con el envío de un comando de milicianos a suelo israelí a través de un túnel. Pero el Ejército judío «desbarató el intento de infiltración y un gran ataque terrorista», según fuentes militares. El túnel empleado por los milicianos desembocaba cerca del kibutz de Sufa, en el sur de Israel.
Los islamistas se han fijado el fin del bloqueo a Gaza desde 2007 como primera condición antes de detener el lanzamiento de cohetes y, pese a tener abierta la vía egipcia, miran también a Turquía como un posible mediador que garantice el cumplimiento del acuerdo. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, acusó a Israel de cometer un intento de «genocidio sistemático» contra los palestinos de Gaza y reclamó una mayor presión de la comunidad internacional para frenar la ofensiva.