Fiebre de manifiestos en puertas de la reunión de los presidentes en la Moncloa
Una plataforma ofrece como solución al pulso la reforma federal del Estado mientras que la otra pide tolerancia cero con los secesionistas
MADRID. Actualizado: GuardarA falta de días para que Mariano Rajoy y Artur Mas se sienten en la Moncloa a certificar que el choque de trenes al que conduce el pulso soberanista catalán es inevitable salvo que el presidente de la Generalitat renuncie a convocar el referéndum de autodeterminación, se vive una erupción febril de manifiestos. Dos plataformas de intelectuales, expolíticos y referentes del mundo cultural y artístico buscan movilizar a ciudadanos, partidos e instituciones en torno a soluciones y estrategias prácticamente antitéticas a la crisis territorial.
Si el martes se dio a conocer la primera de ellas, 'Libres e iguales', el grupo que tiene como portavoz a la diputada popular Cayetana Álvarez de Toledo y que cuenta entre sus filas con Adolfo Suárez Illana y el premio Nobel Mario Vargas Llosa, saltó ayer a la palestra 'Una España federal en una Europa federal', con el exdirigente del PCE Nicolás Sartorius como portavoz y el exjuez Baltasar Garzón entre sus miembros.
Ambos proyectos tienen tres puntos en común; en lo demás, análisis de situación, propuestas y estrategias, son opuestas. Las coincidencias son la defensa de la unidad de España, la oposición a cualquier referendo secesionista -las decisiones sobre España corresponden a todos los españoles- y las críticas a la forma de actuar de Rajoy, su Gobierno y su partido. Pero ni siquiera en esto último piensan lo mismo.
Los de Vargas Llosa creen que el Ejecutivo está siendo blando y «tacticista» con Mas y sus socios soberanistas, a quienes debería haber aplicado ya una política de tolerancia cero con «toda la ley», y reclaman al PP y al resto de partidos estatales la creación de un frente común antisecesionista que deslegitime el nacionalismo, reivindique sin matices la vigencia de la Constitución, rechace cualquier negociación o concesión sobre sus reivindicaciones, y se oponga frontalmente a cualquier consulta unilateral.
«Estéril enfrentamiento»
La segunda plataforma, por el contrario, invita a Rajoy, sin ceder un ápice en el cumplimiento de la ley, a salir del «inmovilismo» para enfrentar desde el diálogo y el consenso la crisis territorial que existe en España, que creen que no es solo un problema de vascos o catalanes sino de todos los españoles y que, de mantenerse como un pulso eterno y sin salida, «solo conducirá a un estéril enfrentamiento» y a una «ruptura entre ciudadanos que llevamos tantos años conviviendo en la misma comunidad política».
El grupo representado por Satorius parte de la tesis de que el sistema de las autonomías, que trajo grandes avances desde 1978, ha llegado a un punto de agotamiento que lo hace «insuficiente» no solo ya para colmar las aspiraciones de autogobierno de Euskadi o Cataluña sino también para hacer frente a los retos del resto de las autonomías y del Estado. Al tiempo constata que «ocultar», «minimizar» o contestar desde el «inmovilismo» a los movimientos independentistas «sería una ceguera imperdonable que no podemos permitirnos».
Por ese motivo, llaman a los partidos e instituciones a que «alcancen los consensos y adopten los procedimientos necesarios para reformar la Constitución en un sentido federal» como la mejor solución para integrar a todos los ciudadanos.
Proponen una reforma sobre cuatro pilares: el «reconocimiento de las identidades diversas» que componen España; la creación de una «cámara territorial» con competencias exclusivas en su área y que integre las comunidades en el gobierno común; una distribución clara de competencias entre Estado y comunidades; y una financiación «justa y equilibrada» basada en la igualdad de derechos y en la solidaridad entre territorios sin que nadie se empobrezca por su contribución.