Juncker, con el eurodiputado y líder del UKIP británicoo, Nigel Farage, en Bruselas. :: JULIEN WARNAND/ EFE
MUNDO

El voto secreto inquieta a Juncker

La Eurocámara, salvo sorpresa mayúscula, elegirá hoy al ex primer ministro luxemburgués como presidente de la Comisión Europea

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Hoy, a las 12.30 horas, Jean-Claude Juncker se enfrenta a un enemigo impredecible, letal, casi invencible. El voto secreto de los 751 cargos electos del Parlamento Europeo decidirá en Estrasburgo si el ex primer ministro luxemburgués será el presidente de la Comisión durante los próximos cinco años en sustitución de Jose Manuel Durao Barroso. El viento sopla a su favor. También la lógica política, que dice que debería superar con creces los 376 votos necesarios para resultar finalmente elegido gracias al respaldo del Partido Popular Europeo (221) -su formación-, los socialistas del S&D (191) y los liberales de ALDE (67). En total, 479, 103 más que los requeridos. Sin embargo, ni son todos los que están ni estarán todos los que son. Las dosis de incertidumbre no son demasiado altas pero sí existen. Y eso no termina de tranquilizar a Juncker.

El veterano dirigente luxemburgués superó su primera gran criba la tarde del 27 de junio, cuando el Consejo Europeo, los jefes de Estado y de gobierno respaldaron su candidatura por abrumadora mayoría. Lo hicieron, además, arrinconando a Reino Unido, que planteó una batalla tan arriesgada como imposible de ganar en contra del vencedor de las elecciones, del candidato de Angela Merkel. Desde aquella cumbre, hablar de Juncker en Bruselas es hacerlo del nuevo presidente de la Comisión. 'Juncker decidirá...'; 'Juncker verá a quien nombra...'; 'Juncker pide mujeres para su Ejecutivo'... ¿Y si no es finalmente Juncker?

Lo cierto es que muy pocos creen en este hipotético escenario. Sobre todo a raíz de la entente alcanzada entre el PPE, el S&D y ALDE que desembocó por ejemplo en la elección del socialista alemán Martin Schulz como nuevo presidente de la Eurocámara durante los dos próximos años y medio. Una designación histórica ya que nunca antes nadie había repetido mandato al frente de la institución. Schulz, a priori, también contaba con el respaldo de esos 479 escaños que también debería tener Juncker y, sin embargo, sólo recibió 409 sufragios favorables. Ocurrió el 1 de julio, la votación también fue secreta y la elección del alemán no era ni de lejos lo polémica que podría resultar la de Juncker. Además, a Schulz le bastaba con tener un voto más que su contrincante; el luxemburgués deberá tener 376 sí o sí. De no alcanzar esta cifra, su candidatura se echaría abajo y la pelota volvería al Consejo Europeo.

Todo dependerá del voto secreto. En Bruselas, la disciplina de voto no es tan ciega como en España, donde todos los diputados de un partido, ya tengan 10, 15 o 160 diputados siempre votan lo que dice el jefe de filas salvo con contadísimas y mediáticas ocasiones. En la Eurocámara todo es diferente. Por ejemplo, ALDE es un cajón de sastre que reúne por ejemplo a siglas tan dispares como UPyD y el PNV o CiU, así que el sentido del voto es una incógnita. Respecto a los socialistas, agrupaciones como la italiana (31) o la española (14) no tienen nada claro su voto.

Ayer, de hecho, el nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, aseguró en una entrevista que ellos no apoyarán a Juncker. «Yo creo que lo que deben de hacer es votar en contra. El PSOE debe trasladar que vamos a construir un proyecto definido, socialista y de izquierdas. No soy partidario de grandes coaliciones ni en Madrid ni en Bruselas», recalcó.

Reuniones de última hora

Los que sí votarán en contra serán los Conservadores y Reformistas (ECR), la Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL) o los europeos por la Libertad y la Democracia Directa (EFDD), que ya anunciaron la semana pasada el sentido de su voto después de oír las promesas de Jean-Claude Juncker en las audiciones que mantuvo con todos los grupos. Y es que cualquier apoyo de última hora siempre es bienvenido.

Pese a que los socialistas siguen haciéndose los remolones sin llegar a confirmar un respaldo sin fisuras al candidato del PPE, Juncker no termina de lanzarles guiños. El último, que el próximo comisario de Asuntos Económicos, el futuro Olli Rehn europeo, será de su familia política, socialdemócrata. En teoría, o el holandés Jeroen Dijsselbloem o el francés Pierre Moscovici.