El PP quiere ver sus «obras» antes de decir si Sánchez es un hombre de Estado
IU emplaza al nuevo líder socialista a revertir los recortes públicos y sociales y los nacionalistas a apoyar el derecho a decidir
MADRID. Actualizado: GuardarEl Partido Popular no está dispuesto a darle cheques en blanco a Pedro Sánchez, quien en pocos días se convertirá oficialmente en el nuevo líder de la oposición.
Aspira a encontrar en él, como asegura que halló en el secretario general socialista saliente, Alfredo Pérez Rubalcaba, un hombre de Estado con el que llegar a acuerdos de especial trascendencia para España, pero todavía no sabe si será así o no.
La número dos de los populares, Dolores de Cospedal, después de varias respuestas evasivas sobre la figura de Sánchez, reconoció ayer que en su partido y en el Gobierno aún no saben a qué carta quedarse con quien los militantes designaron el domingo como nuevo líder del PSOE, por lo que esperarán a ver «las palabras y los hechos» de sus primeros días en el desempeño del cargo antes de definirse. Por eso motivo, no pasó de felicitarlo por su victoria y de desearle educadamente lo mejor en su cometido.
Lo que si tiene claro el partido que sustenta al Ejecutivo es qué busca en el secretario general del otro gran partido español. «Esperamos encontrar una persona con la que poder hablar de los asuntos importantes que requieren de pactos importantes para nuestro país», indicó Cospedal, antes de concretar que «sería muy deseable para España que el nuevo PSOE y su secretario general tengan sentido de Estado».
La cuestión catalana
En especial, admitió que tienen cierta prisa por saber sí Sánchez dará continuidad al consenso que Mariano Rajoy y Rubalcaba tenían desde hace meses para defender juntos de cualquier ataque la unidad de España y, en concreto, para rechazar sin matices la celebración de una consulta soberanista en Cataluña. «Espero que se pueda contar con el PSOE para garantizar los pilares básicos sobre los que se sustenta nuestra nación, como es que la soberanía reside en todo el pueblo español», indicó la secretaria general del PP.
Vinculado a la misma crisis del modelo territorial que vive el país, los populares también aspiran a saber lo antes posible si también pueden renovar con Sánchez otro de los acuerdos tácitos que tenían con Rubalcaba, el del método para abordar cualquier cambio de calado en la Constitución española.
Aunque Rajoy y el líder socialista saliente discrepaban sobre la urgencia de abordar esta reforma de la Carta Magna, ya que Rubalcaba creía que había que caminar ya hacia un modelo federal, en lo que sí estaban de acuerdo es en que ese proceso no podía abrirse de ninguna manera sin el apoyo de los dos grandes partidos ni ejecutarse sin una mayoría al menos tan amplia como la que alumbró el pacto de 1978.
Lo cierto es que Pedro Sánchez, en varios momentos de la campaña electoral interna, dejó clara su postura de rechazo a la consulta soberanista y su convencimiento de que cualquier cambio en la estructura territorial española deberá venir por una reforma consensuada de la Constitución. Pero Cospedal aprovechó uno de sus deslices, cuando habló de que Cataluña es «una nación», aspecto que luego matizó a la baja, para meter el dedo en la herida y mantener sus dudas sobre qué modelo de país tiene. «Un día habla de una nación y otro de dos naciones», indicó.
La secretaria general popular lo que sí aseguró es que, una vez sea designado los días 26 y 27 de julio líder del PSOE y cuente con una nueva dirección, «sin duda intentaremos hablar con ellos, con rapidez». En estos contactos, además de los temas ya reseñados, tratarán de iniciar un diálogo para sacar adelante un pacto de Estado anticorrupción y para la regeneración democrática, en el que rechaza que nadie reste legitimidad al PP por el 'caso Bárcenas' porque, según dijo, ellos no excluyen a los socialistas por otros escándalos pasados como el de los ERE fraudulentos.
El coordinador de IU, Cayo Lara, tampoco pasó de la obligada felicitación e indicó que sabrá si puede entenderse con Sánchez cuando vea si está dispuesto a corregir las políticas antisociales a las que cree que el PSOE ha contribuido en los últimos años. En concreto, habló de revertir la constitucionalización de la estabilidad presupuestaria y de derogar las reformas laborales y los recortes en pensiones. Los nacionalistas de PNV y Unió pidieron al líder socialista que respete el derecho a decidir de Euskadi y Cataluña.