«Ahora me he podido independizar y llevar por fin una vida normal»
Después de cuatro años en el paro, Pedro Cano consigue un contrato indefinido en un nuevo restaurante en Chiclana
CHICLANA. Actualizado: GuardarNo se puede decir que Pedro Cano hubiera tirado la toalla porque se le ve arrojo para mucho más, pero cerca estuvo. Cuatro años de paro le hicieron probar las hieles de lo peor de la crisis, por eso ahora casi no se lo cree. No es para menos, acaba de encontrar trabajo «en principio, indefinido», como reconoce con una sonrisa de oreja a oreja. Este gaditano, afincado en Chiclana, es uno de los que han salido de las listas del paro en este mes en la provincia. Concretamente, desde el día 11 de junio.
Ese fue su primer día de trabajo en el restaurante El Quendral, un establecimiento que ha abierto sus puertas precisamente en estos días en Chiclana. Sus dueños, Javier Vázquez y su mujer, son unos «de esos locos» que han decidido abrirlas puertas de un negocio que ha dado trabajo a siete personas, entre personal de sala y de cocina. Su modelo de negocio, basado en ofrecer servicio desde las 8 de la mañana a las 2 de la madrugada, le obliga a tener un despliegue amplio de personal. Con este modelo de negocio, su idea es llegar al centro de la localidad para quedarse, de ahí que la suerte de Cano esté ligada a la suya. «Acabamos de empezar así que todo el personal estamos a una para arrimar el hombro y conseguir que esto salga para adelante», explica el camarero que dice sentirse «como en casa» en su nuevo trabajo.
Lo cierto es que Cano llegó a Chiclana huyendo de Cádiz. «Durante cuatro años mi día a día era siempre igual: seleccionaba una serie de empresas a las que les enviaba el currículum. Luego me dedicaba, en la semana, a irlas visitando». Cano llegó a esta desesperada situación después de estar enlazando distintos trabajos desde los 16 años. De hecho, de esa a edad a los 24 ocupó puestos en el sector del metal, la hostelería y el comercio. Luego llegó el paro: primero cobraba el desempleo, luego llegó la nada. Entremedias, encadenó trabajos totalmente «miserables». Tanto es así que en uno, trabajaba «de 12 a 14 horas al día por 50 euros y sin estar dado de alta», relata con indignación. Ahora, justo a sus 31 ha puesto fin a su situación de desempleo, algo que el camarero vive con alivio: «Me veía, un tío de 30 años como un trinquete, viviendo con mis padres y sin posibilidad de prosperar». Una situación diametralmente opuesta a la que vive en la actualidad: «Ahora tengo trabajo, me he podido independizar con mi pareja y puedo ahorrar y llevar una vida normal».
Toda una prosperidad que ha encontrado en Chiclana y el nuevo establecimiento de hostelería. «La felicidad que no tenía la he encontrado aquí, casa y trabajo», reconoce Cano. «Estuve cuatro años buscando trabajo en Cádiz, fue ponerme a buscar en Chiclana y lo encontré en un mes», reconoce. Por ello, considera que la capital se encuentra en una situación «mucho más complicada que el resto de la provincia». «Lo peor de Cádiz es el conformismo, la gente se ha acostumbrado a su situación y no pelean por que cambie, por conseguir algo mejor; hay más miseria», matiza con rabia. Pero eso quedó atrás y ahora el joven pelea con fuerza por que «el sueño» continúe hacia delante sin que se interponga ninguna pesadilla laboral más. «Estoy seguro de que esta es mi oportunidad», reconoce con una amplia sonrisa.