ESPAÑA

Rajoy advierte a Mas de que escuchará un no rotundo a la consulta separatista

El presidente hace un balance triunfalista y critica a los «extremistas y agoreros» que se empeñan en decir que España va mal

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Mariano Rajoy aprovechó ayer la clausura de la escuela de verano del PP para advertir a Artur Mas de que no espere encontrar flexibilidad alguna en sus posiciones durante el encuentro que mantendrán en la Moncloa en los próximos días, aún sin fecha cerrada.

El jefe del Ejecutivo, ante la plana mayor de su partido y en un discurso televisado, indicó ayer que le parece muy bien que, a petición del presidente de la Generalitat, se pueda recuperar el diálogo institucional roto antes de Navidad, pero que lo que Mas escuchará de su boca será su posición «conocida»: un no rotundo a la celebración de una consulta secesionista en Cataluña y la determinación de su Gobierno de tomar las medidas necesarias para impedirla si las instituciones de ese territorio persisten en convocarla.

Rajoy reiteró que el referéndum separatista no se va celebrar ni con las leyes nacionales, como ya rechazo el Congreso, ni con la ley de consultas que el Parlamento autonómico quiere concluir en septiembre para poder colocar las urnas el 9 de noviembre, ni con ningún otro instrumento . Y no lo va a permitir porque el Parlamento y el Tribunal Constitucional ya han dicho que es ilegal y porque, además, cree que no lo quieren la mayoría de los españoles. La autodeterminación de un territorio «no la podemos decidir el señor Mas y yo en una conversación. Ni siquiera la puede decidir un parlamento autonómico, ni un parlamento nacional. Lo que sea de España solo lo pueden decidir el conjunto de los españoles», aseguró.

«Esa es mi posición, es mi obligación y eso es lo que haré», insistió, antes de resumir de nuevo sus intenciones con la frase: «Vamos a hablar, pero no voy a hacer aquello que no puedo ni debo hacer».

El presidente del Gobierno dijo ser consciente de que «hay un problema» y de que «hay que afrontar el problema», pero, al tiempo, culpó a Artur Mas del posible choque de trenes entre instituciones que se puede producir este otoño si la Generalitat se empeña en convocar la consulta y el Gobierno da los pasos para impedirla. Fue él, dijo, quien en diciembre de 2013 puso en marcha de forma unilateral el desafío soberanista al Estado. «Las cosas hay que pensarlas antes de hacerlas, porque luego pasa esto», indicó.

Rajoy explicará a Mas que la única forma de evitar ese choque de trenes es que dé marcha atrás y renuncie a la consulta, porque ni su Gobierno ni los tribunales permitirán que Cataluña varíe de forma unilateral su estatus de relación con España -algo que solo pueden decidir todos los ciudadanos del país-, salvó que utilice para ello los únicos cauces actualmente legales, la reforma del estatuto o, en el caso de que no ser bastante para sus aspiraciones de autogobierno, la reforma de la Constitución.

El presidente del PP anticipó a Mas su postura ante el encuentro en un largo discurso en el que hizo un balance triunfalista de sus dos años y medio al frente del Gobierno y vaticinó que al final de la legislatura, en el otoño de 2015, el crecimiento económico español estará a la cabeza de la UE y habrá más población ocupada, más afiliados a la Seguridad Social y menos parados que cuando llegó a la Moncloa.

«Mejor que nunca»

Rajoy aseguró que gracias a una acertada política económica y a un ambicioso programa de reformas estructurales lograron evitar el rescate de un país que el PSOE dejó con las administraciones públicas en bancarrota y colocarlo en la senda del crecimiento y de la creación de empleo, y todo ello, añadió, sin descuidar el Estado del bienestar -sanidad, educación, pensiones y dependencia- «que funciona mejor que nunca». Esta tarea, explicó, la van a completar con la nueva batería de incentivos empresariales y al empleo aprobada esta semana, con la reforma fiscal en 2015 y 2016 y con tres grandes paquetes de medidas -sociales, de empleo y de reformas administrativas- que el Consejo de Ministros aprobará a partir de septiembre. «Tendremos un final de legislatura en que vamos a ver el futuro con optimismo», dijo, antes de sentenciar que «nos dejaron un futuro plagado de incertidumbres y estamos ya construyendo un mañana de seguridades».

El jefe del Ejecutivo, que dio a entender que este otoño sacará adelante sus propuestas de regeneración democrática y anticorrupción con o sin el apoyo de la oposición, declaró su orgullo por España y por su futuro frente a los que no quieren reconocer que las cosas van bien. «Sería bueno que hubiese menos extremistas, pesimistas y agoreros y mucha más gente orgullosa de su país, con ganas de dar la batalla, y con ganas de crecer y mejorar».