El Gobierno sitúa en su punto de mira a Podemos y ningunea a los socialistas
Los dirigentes populares alientan el miedo contra la extrema izquierda para recuperar los votos de la derecha perdidos en las europeas
MADRID. Actualizado: GuardarPodemos era para el PP casi una anécdota en las elecciones europeas, pero de golpe y porrazo se ha convertido en el centro de las criticas del PP. En la escuela de verano del PP en El Escorial, los dirigentes populares, uno tras otro, han cargado contra «la izquierda de inspiración chavista» que plantea «propuestas irrealizables». Los ataques partieron de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, de los ministros de Hacienda y de Empleo, Cristóbal Montoro y Fátima Báñez, y del vicesecretario de Organización del partido, Carlos Floriano. Eso sí, todos ellos han evitado nombrar a Podemos o a su líder y portavoz Pablo Iglesias. En su lugar, han recurrido a circunloquios tipo «populismo de tertulia» o «populismo bolivariano de un telepredicador que quiere subvertir la democracia».
Sáenz de Santamaría acudió el jueves a la escuela estival para impartir la conferencia 'Transparencia y regeneración democrática'. Pero la vicepresidenta dedicó la mayor de su intervención a criticar a aquellos que «solo dicen a la gente lo que quiere oír», como que «es posible la jubilación a los 60 años, subir las pensiones e incrementar las prestaciones de todo tipo». «Tienen muy buenas palabras pero con ellas no se pagan las deudas», subrayó la número dos del Gobierno. Antes que la vicepresidenta, Báñez diferenció entre «los que dicen lo que pueden hacer y hablan de podemos» y el PP, que «habla de hacemos y cumplimos». Montoro se enorgulleció de pertenecer a «la casta de la derecha», Esperanza Aguirre alertó de que «la izquierda está mirando cada vez más al populismo chavista» y Floriano advirtió de que «algunos quieren dar una patada en el tablero de la democracia».
Frente a los ácidos comentarios dedicados a Podemos, el PSOE apenas ha sido mentado más allá del permanente reproche por haber dejado el Estado al borde de la quiebra. Al margen de ello, los socialistas han sido ninguneados en comparación con la atención prestada a la formación de Iglesias. Todo apunta a un cambio de estrategia del PP, que ve en la posibilidad de alentar el miedo contra la extrema izquierda una herramienta con la que recuperar algunos de los cientos de miles de votos de la derecha que perdió en las pasadas elecciones europeas.