Marco Antonio Tejeiro sale de la Audiencia de Palma tras prestar declaración en febrero de 2012. :: EFE
ESPAÑA

El 'caso Nóos' se queda sin arrepentido

El magistrado Castro suspende el interrogatorio del delator y saca del sumario su confesión El contable Tejeiro comunica al juez que no pensaba contestar a sus preguntas en la citación del sábado

MADRID. Actualizado: Guardar
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Nuevo e inesperado giro en el 'caso Nóos' cuando ya no parecía posible que hubiera más sorpresas en un sumario que estaba cerrado. Y otra bronca más entre el juez y el fiscal cuando se antojaba imposible que volvieran a encontrar otro argumento para una nueva disputa. El sumario en el que están imputados la hermana y el cuñado del Rey se queda sin su arrepentido estrella y sin su confesión clave. Y todo ello solo una semana después de que la Fiscalía Anticorrupción anunciara a bombo y platillo un acuerdo para que el excontable de la trama colocara contra las cuerdas a Iñaki Urdangarin y Diego Torres, pero sin hacer una sola mención a Cristina de Borbón, a pesar de ser socia de una de las empresas que sitúa en el epicentro de la red.

El juez José Castro, tras agarrarse un enfado monumental con el arrepentido y el fiscal Pedro Horrach por haber apadrinado la supuesta confesión fallida, decidió ayer suspender el interrogatorio del próximo sábado del excontable de la trama Nóos, Marco Antonio Tejeiro. Lo hizo poco después de que el excontable recurriera la decisión de citarle y de que le avisara de que, si el juez mantenía la diligencia para el fin de semana, no pensaba responder al juez ni al fiscal ni a ninguna de las partes. Que se iba a acoger a su derecho como imputado de guardar silencio.

El recurso de Tejeiro fue la gota que colmó el vaso después de varios días de extrañas maniobras. Castro cortó por lo sano. Además de suspender el interrogatorio acordó sacar de inmediato del sumario los ocho folios que Horrach le entregó en mano la pasada semana y que constituían la supuesta confesión firmada del arrepentido. Un texto en el que acusaba a Urdangarin y Torres de ser los últimos y únicos responsables de todas las irregularidades cometidas en el instituto y en sus sociedades satélites, incluidas Aizoon, la compañía de la que es copropietaria la infanta. Desde la creación de facturas falsas a la contratación de trabajadores ficticios, pasando por la puesta en marcha de mecanismos para desviar dinero público a sus bolsillos y defraudar a Hacienda.

Castro, en síntesis, se niega a considerar arrepentido a Tejeiro cuando el excontable, que pretende beneficiarse de una acusación por parte de la Fiscalía que le ahorre el paso por la cárcel, no está dispuesto a contestar a nada ni a nadie. Ni siquiera a aclarar puntos de las ocho medidas páginas que Horrach entregó en su nombre al magistrado.

«Efectos jurídicos»

«Nada hay que decir a que el fiscal pueda alcanzar acuerdos con determinados imputados». Ni ninguna objeción por el hecho de comunicar esa confesión al instructor. «Ahora bien, si lo que se pretende es que ese pacto surta efectos jurídicos», abunda el juez, es indispensable que el imputado se ratifique en «presencia judicial» y que, sobre todo, que su testimonio pueda someterse a «contradicción» en un interrogatorio con la participación de todas las partes, incluidos los defensores de las personas a las que acusa directamente de todas la irregularidades, Urdangarin y Torres.

Según Castro, la negativa de Tejeiro a declarar sobre ese documento obligaría a hacer «un acto de fe al no haber sido ratificado en presencia judicial» por su «supuesto autor». «Si se quiere que la confesión surta los efectos que le son propios, y ésta es la intencionalidad que se le ha de presuponer, habrá que ser ratificada a la judicial presencia» reitera el instructor.

«En estas circunstancias no queda otra que devolver (la confesión) al Ministerio Fiscal para que haga uso de la misma de la manera que estime más conveniente», insiste el magistrado y explica, ademas, que esa delación sin ratificar no sería más que otro documento llegado al juzgado una vez acabada la instrucción, y por tanto fuera de plazo, por lo que se lo manda de vuelta a quien se le hizo llegar, o sea a Horrach.

La reacción del juez se produjo solo horas después de que el excontable recurriera su propia citación. La defensa del imputado sostenía que «el escrito remitido a Fiscalía, y suscrito por nuestro patrocinado (en el que Tejeiro tiraba de la manta tras llegar a un pacto con Anticorrupción), ni contiene ni tiene vocación de producir una nueva declaración en este momento procesal», apuntaba el recurso, que, «agradece» no obstante «el hipergarantismo» del magistrado al querer interrogar de nuevo al cuñado de Torres.

Según los abogados del arrepentido, no cabe otro interrogatorio porque «el contenido del escrito suscrito Marco Antonio Tejeiro de ningún modo conduce a una alteración de los sustratos fácticos» ya recogidos en el sumario, condición 'sine qua non' para reabrir el sumario, según la Ley de Enjuiciamiento Criminal.