La dirección de la CAM ocultó un agujero de más de 1.000 millones
El presidente de Liberbank testifica en la Audiencia Nacional que por eso fracasó su fusión con otras cajas y deja en evidencia a los imputados
MADRID. Actualizado: GuardarQue cada palo aguante su vela. Es lo que vino a decir ayer el presidente-consejero delegado de Liberbank, Manuel Menéndez, cuando en poco más de media hora tumbó una de las principales líneas de defensa de los exmiembros de la cúpula de la Caja de Ahorros de Mediterráneo (CAM) que están imputados en la Audiencia Nacional por su quiebra en 2011, que se saldó con un rescate que ha costado más de 15.000 millones de euros al erario público.
En su comparecencia como testigo ante el juez Javier Gómez Bermúdez, dejó bien claro que la fusión de la CAM con Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria para crear el llamado Banco Base fracasó por el más que abultado agujero que tenía en sus cuentas. De hecho, según los números que manejó, habría hecho falta una provisión extraordinaria de fondos de, al menos, 1.000 millones de euros para sanear la entidad.
Menéndez, según fuentes jurídicas, apuntó a la cartera de créditos de la caja alicantina, y en especial a algunas operaciones «llamativas» en el sector inmobiliario -investigadas en una pieza del 'caso CAM'-, como el principal mal de su balance. Y añadió que, tras revisar la documentación que pasó por sus manos -como director general del Banco Base fue el encargado de los trabajos previos a lo que iba a ser una fusión 'fría' (un sistema institucional de autoprotección)-, comprobó que buena parte de esos préstamos estaban «dañados» y eran prácticamente irrecuperables.
«La operación era de todo punto inviable», concluyó su declaración el presidente de Liberbank, entidad nacida de la unión de las cajas que iban a ser socias de la CAM y cuya capitalización bursátil supera los 1.650 millones de euros. Tras él compareció el exdirector de Gestión de Recursos Humanos de la entidad levantina, Eduardo Severá, quien dijo desconocer el detalle de las cuentas.
Testimonios 'inesperados'
Aunque aún quedaban por declarar otra decena de testigos, el abogado que los había solicitado -defensor del exdirector de Planificación de la caja, Teófilo Sogorb- renunció a ellos a la vista de que el contenido de las declaraciones no había sido precisamente el que esperaba y en poco podían ayudar a su cliente. Y es que tanto las palabras ayer de Ménéndez como las pronunciadas el pasado día 2 por un inspector del Banco de España, quien testificó que la CAM infló sus resultados para ocultar pérdidas multimillonarias -y también que eso los sabían sus principales ejecutivos-, se han convertido finalmente en una prueba para la acusación.
Ese inspector puso el foco en las titulizaciones de créditos morosos por terceros, donde los ingresos se habrían engordado sobremanera para liberar parte de las provisiones que dedicaba a préstamos fallidos o con alto riesgo de caer en esa situación. Con ello, a su vez, pudo inflarse las cuentas de la entidad y presentar una situación casi saneada -aunque irreal- en el balance de 2010.
Los principales señalados tras estas comparecencias son el conocido como 'póquer de ases' de la CAM, que son a su vez los principales imputados de la causa. Se trata de Modesto Crespo, su expresidente; María Dolores Amorós y Roberto López, ex director generales y principales ejecutivos de la entidad; y, por último, Francisco Martínez, exdirector de Inversiones y Riesgos. Se les acusa de varios delitos societarios, estafa y maquinación para alterar precios.