Editorial

La cama deshecha

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Acaba de anunciarse que, en la casa de subastas Christie's de Londres, una instalación «polémica» de Tracey Emin -una cama deshecha como cualquier otra- ha logrado ser vendida por la cifra de 3,2 millones de euros. En la misma subasta, una «obra matérica» de Antoni Tàpies ha obtenido dos millones de euros, el triple del máximo estimado. Esto no nos ha de hacer perder de vista que el llamado arte contemporáneo es promovido, publicitado y financiado con los impuestos de la ciudadanía, sin los cuales, ¡ay!, no podría sobrevivir.