El director gerente del MEDE, Klaus Regling, y el ministro Luis de Guindos. :: MARIO SALERNO / EFE
Economia

España fía sus opciones en el Eurogrupo a que Dijsselbloem sea comisario

El ministro Guindos, gran aspirante para presidir el consejo de ministros de Finanzas del euro, aboga por la aprobación de «cambios institucionales»

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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El retorno de España a la cúpula económica de la Unión Europea depende de un nombre: Jeroen Dijsselbloem. De si el ministro de Finanzas de Holanda decide finalmente renunciar a la presidencia del consejo de ministros de Economía de la zona euro (Eurogrupo) para ser nombrado comisario en el futuro Ejecutivo comunitario liderado por Jean-Claude Juncker. Un cargo, el del Eurogrupo, cuyo mandato expira en junio de 2015 y por el que suspira España desde hace meses. Lo hace el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y sobre todo el ministro Luis de Guindos, persona que ocuparía el puesto. Ayer, preguntado sobre este asunto en Bruselas, volvió a tirar balones fuera, aunque sí dejó algunas sugerencias, como la apuesta de España por la creación de una presidencia permanente de este órgano, algo que parece descartado a corto plazo.

El baile de cargos comunitarios se celebrará el día 16, en el transcurso de una cena informal entre los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 en la que se elegirán las presidencias del Consejo Europeo y la Alta Representación Exterior. Sin embargo, es factible que también se aborde el asunto del Eurogrupo y el reparto de las principales carteras de la nueva Comisión, sobre todo las de índole económico y a las que aspiran las grandes potencias. A saber: Asuntos Económicos, Competencia, Mercado Interior, Comercio e Industria. «Todo es posible», matizan fuentes diplomáticas. Puestos clave por los que quiere pujar España con Arias Cañete.

¿Qué debe pasar para que España tenga la presidencia del Eurogrupo? La mejor de las opciones para los intereses españoles pasa por la creación de una presidencia permanente. Ahora, su responsable debe compaginar el cargo con las responsabilidades nacionales en su respectivo Ministerio de Finanzas. El mandato es por dos años y medio y en el caso de Jeroen Dijsselbloem expira dentro de uno. La creación de esta presidencia permanente ha cedido fuerza en las últimas semanas tras perder el apoyo de Alemania, que «no la ve necesaria en estos momentos». España, sin embargo, sigue apostando por ella y dará la batalla para conseguirla. «Hay un proceso creciente de integración económica. Todos estamos convencidos que en la Eurozona esa integración tiene que ser especialmente rápida, intensa, que hay que modificar instituciones», aseguró Guindos al ser preguntado sobre el tema.

Preguntado hasta en cinco ocasiones sobre el baile de cargos y su posible llegada a Bruselas, el ministro sonrió, se escaqueó y se disculpó. «No soy el más indicado para pronunciarme», justificó. «En estos momentos -apostilló-, el cargo de ministro absorbe todo mi tiempo».

El nuevo Rehn será socialista

El transcurso de los acontecimientos en Bruselas ha llevado las opciones de España a un callejón sin salida; a la renuncia de Dijsselbloem para ser elegido como nuevo representante holandés en la Comisión. Una decisión que él mismo negó el lunes asegurando que «ahora tengo dos trabajos y me gusta combinarlos». Sin embargo, su nombre está ahí y su nombramiento como comisario de Asuntos Económicos es factible.

Su candidatura para ser elegido el nuevo Olli Rehn de Europa ganó ayer muchos enteros después de que Jean-Claude Juncker, el futuro presidente de la Comisión, trasladase al grupo socialdemócrata de la Eurocámara que el próximo comisario de Asuntos Económicos de su Ejecutivo será socialista. Y Jeroen Dijsselbloem lo es -su partido gobierna en coalición con los liberales en Holanda. El problema es que también lo es Pierre Moscovici, el exministro francés de Finanzas con François Hollande y gran apuesta de Francia para liderar una cartera relevante en la UE.

Los equilibrios en Bruselas, ya sean los referidos a las cuestiones nacionales como a las partidistas, son esenciales, así que nombrar a un socialista gran referente económico de la Comisión invita a pensar que el Eurogrupo pasará a manos de los conservadores. Y Guindos lo es. «Lo siento, no es una cuestión que me compete a mi valorar», sonrió.