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La 'tribu' del Hotel Florida
Amanda Vaill narra la vida al filo de la navaja, entre la verdad, el amor y la muerte, de los corresponsales en la Guerra Civil
MADRID. Actualizado: GuardarAntes de que Manu Leguineche bautizara como la 'tribu' al heterogéneo pelotón de reporteros de guerra, ya pululaban por el mundo haciendo de determinados hoteles su refugio. Cada guerra tiene el suyo: el Ritz en París, el Continental de Saigón en Vietnam, el Holliday Inn en Sarajevo, el Palestina en Bagdad... En la Guerra Civil española la guarida de la 'tribu' fue el lujoso y desaparecido Florida. En el corazón de Madrid, entre espías y agentes dobles, comisarios políticos y prostitutas, buscaron la verdad entre el amor y la muerte personajes como Ernest Hemingway, Marta Gellhow, Robert Capa, Gerda Taro, Arturo Barea e Ilsa Kulcsar.
Las relaciones urgentes, apasionadas e ideologizadas de estas tres parejas y sus anhelos son el hilo conductor de 'Hotel Florida' (Turner), una ficción que le sirve a la norteamericana Amanda Vaill para contar las verdades de la incivil guerra entre españoles que hace 75 años acaparó la atención del mundo. «Es un examen en clave narrativa de los seis personajes y de algunos de sus colaboradores más cercanos que ofrece una perspectiva contrastada y en primer plano de sus destinos entrecruzados durante la guerra», explica Vaill, premiada editora, periodista, y guionista.
Sabe Vaill, como Hemingway, que «es muy peligroso escribir la verdad durante una guerra» y que «llegar a averiguar la verdad es mucho más peligroso aún». Pero también que la verdad se esconde a menudo en las ficciones, en los recovecos de las pasiones y los sentimientos más hondos de los seres humanos enfrentados a los tsunamis de la historia.
Aunque 'Hotel Florida' «es una narración, y no un estudio académico», insiste Vaill en que «no es una ficción, ni siquiera una ficcionalización». «Es una reconstrucción basada en cartas, diarios y memorias -publicadas o inéditas-, documentos, películas rescatadas, biografías fidedignas, historias y noticias de la época». Fuentes, solo accesibles en los últimos años, «que me permiten ofrecer una visión diferente».
Fundado en 1924, el Florida era un lujoso edificio de diez plantas recubierto de mármol blanco situado en el corazón de Madrid, en el emplazamiento que hoy ocupa 'El Corte Inglés'. Diseñado por Antonio Palacios, el arquitecto del Palacio de Correos o el Círculo de Bellas Artes, fue derruido en 1964. Sus lujosas habitaciones, todas con baño y calefacción central, daban a una fuente acristalada. Quedaba cerca de todos los centros de poder y decisión, junto a las tiendas elegantes de la Gran Vía y los modernos cines de la plaza de Callao y a dos pasos del edificio de Telefónica, «un blanco perfecto para los proyectiles que apuntaban a los edificios vecinos».
Era el refugio de «un grupo abigarrado y políglota de periodistas extranjeros, pilotos franceses y rusos, y de una variada gama de damas de la noche», explica Vaill. «Los pilotos, las suripantas y los periodistas se emborrachaban ruidosamente en el bar cada noche; y si los obuses no pasaban zumbando por encima del edificio, se podían oír gritos, portazos y ruido de pasos presurosos».
Entre ese zoo humano, tres parejas empeñadas en informar sobre el conflicto: «Hemingway y su compatriota y también escritora Martha Gellhorn; los fotógrafos Robert Capa y Gerda Taro, y Arturo Barea e Ilsa Kulcsar, encargados de la oficina de censura de prensa extranjera de Madrid».
Vidas cambiadas
La guerra cambiará las vidas, anhelos y sentimientos de seis seres que comparten el compromiso, la temeridad, el amor a la verdad y el afán de aventura. El devenir de sus relaciones da pie a Vaill para trazar su brillante crónica de la guerra y la España de la época. En paralelo a sus avatares, describe las estrategias militares y políticas, las batallas cruciales, los bombardeos más sangrientos durante tres años que pasmaron al mundo.
Cada uno de los seis espera de la guerra una nueva vida, lejos de sus frustraciones, desamores y desencantos. «Aspiran a empezar de cero», dice Vaill, que cuenta cómo la fotógrafa alemana Gerta Pohorylle se reinventa en Gerda Taro junto al húngaro André Friedmann, alias Robert Capa. Sus cámaras serán los ojos del mundo en la guerra, como las crónicas de un Ernest Hemingway en busca de adrenalina vital y argumentos que le devolvieran al éxito de 'Fiesta' o 'Adiós a las armas'. «Su obra siempre se basó en su experiencia personal, y necesitaba desesperadamente material nuevo», dice Vaill. El autor de 'Por quién doblan las campanas' había roto con su esposa Pauline para convertirse en un país en llamas en Pigmalión de la sofisticada Martha Gellhorn. «Aquí no me ocurre nada y tengo que salir. En España es donde quizá haya empezado de nuevo el gran desfile», confía a un amigo en Cayo Hueso antes de cruzar el charco como su amigo John Dos Passos
Antes de exilarse en Londres, Arturo Barea se desencanta de los suyos, convertido en amante de Ilsa Kulcsar. Periodista austriaca, traductora, militante socialista y radical antifascista, estuvo a punto de morir y das con sus hueso en la cárcel en varias ocasiones, antes de iniciar su nueva vida en Londres con Barea reinventado como escritor.
Los seis se mueven en el filo de la navaja, entre delatores y traidores y bajo el constante acecho de la muerte que casi todos acertaron a esquivar sobre la piel de toro pero que atraparía a la vivaz, elegante e inteligente Gerda Taro bajo las cadenas de un blindado republicano y amigo en Brunete.
En España «se podían forjar grandes reputaciones y grandes fortunas», destaca Vaill, aunque para ello hubiera que estar en el ojo del huracán «en Valencia, Madrid, Barcelona, Belchite o Guernica; allá donde el peligro esté palpitando más intensamente».