PAN Y CIRCO

LA NUEVA MODA

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Decía Valdano, creo que era él, que el estilo de los campeones de los Mundiales marcaba el camino a seguir en los siguientes cuatro años. Y lo marcaba desde el fútbol de elite al más incipiente. Guardiola y su Barça inyectaron en la selección de Luis ,y más tarde de Vicente, la forma, el estilo, el sello, el dominio del balón, la presión al adversario, en definitiva, el ‘tiquitaca’ del que se burlaba Clemente cuando leía a Ángel Cappa, precursor sin quererlo del término depuesto ya tras la humillación sufrida a manos de Holanda y Chile.

España marcó una etapa, un ciclo lleno de éxito y del que los aficionados a la selección deben sentirse profundamente orgullosos de reinar con enanos en un mundo de elefantes. Pero todo pasa, las cosas cambian y lo que antes valía, parece ya no valer nada. Y es así. Mourinho, y sobre todo Simeone, han sido el antídoto a ese fútbol de relumbrón. La presión asfixiante, el bloque, la contra trepidante, la asfixia al contrario, el músculo, la sala de máquinas, el compromiso, la solidaridad en el esfuerzo. En definitiva, la furia ha vuelto para quedarse. Se está viendo en un Mundial aburrido y donde el balón está al servicio del poderío físico, de la garra, de la contundencia, de la verticalidad, de la victoria a costa del espectáculo.

Y guste más, guste menos, todo eso también es fútbol. Y al Cádiz, de la mano de Calderón, parece que le ha vuelto a llegar la moda del ‘nuevo fútbol’, de lo que se estila, de lo que gana. El Cádiz que se está construyendo se basa en el sacrificio, en el tesón, en el compañerismo, en la disputa de cada balón como si fuera el último. Vaticino un equipo serio, rocoso, malencarado fuera de Carranza y un vendaval en casa. Es lo que toca. En poco se ha pasado de la filosofía de Monteagudo y Agné a la práctica de un Calderón que ha visto el camino a seguir en los próximo años. Y que triunfe.