Monarquía democrática
Actualizado: GuardarHace unos días se hizo efectiva la abdicación de Juan Carlos I y la proclamación de Felipe VI como rey de España. El relevo en el trono se produce cuando un sector minoritario de la población y de las fuerzas políticas cuestiona si la jefatura del Estado debe tener la forma de una monarquía. Se utilizan dos argumentos para hacerlo: por un lado se dice que la forma de la república es más democrática porque su presidente es elegido. Y se argumenta que la Constitución no puede limitar lo que ahora podría decidir la voluntad popular. Hace cien años, como hacían Ortega y Madariaga, se podía argumentar en abstracto en favor de la república. Pero la política no se debe separar de la historia. Y desgraciadamente la ecuación 'república es igual a democracia' quedó destruida precisamente por los que ahora la reclaman: comunistas e independentistas. Por el contrario tenemos una experiencia positiva de lo que ha significado la monarquía. Por otra parte, democracia no significa que la voluntad popular se esté expresando continuamente sobre cualquier cosa y sin límites. La voluntad popular se encauza y expresa a través de las constituciones que establecen el marco de convivencia para el futuro, y prevén sus propios mecanismos de reforma. Por eso está fuera de lugar un referéndum sobre la jefatura del Estado, cuya forma está claramente prevista por nuestra Constitución.