
Renzi arenga a una Europa «aburrida» y exige «crecimiento para tener futuro»
El primer ministro de Italia encandila con su labia a la Eurocámara y recuerda que Alemania incumplió en 2003 el Pacto de Estabilidad
BRUSELAS. Actualizado: GuardarSi Matteo Renzi no fuera político sería comercial. Y de los codiciados. Sabe vender como nadie y ayer, en su debut ante el Parlamento Europeo, el primer ministro italiano dejó huella, un poso que no se recordaba en años, como coincidían los más veteranos del lugar equiparando su labia a la de Barack Obama. Aterrizó en Estrasburgo procedente de Roma con la lección aprendida. Se levantó, mostró su orgullo por estar en la Cámara y comenzó a hablar. De crecimiento, de emociones, de sentimientos, de economía, de 'selfies', del Reino Unido, de la UE, de epopeyas, de Ulises e incluso de su hijo Telémaco. Algo más de diez minutos que encandilaron a los presentes, sobre todo al grupo socialdemócrata, su grupo, que se puso en pie tras su intervención.
Italia asumió el pasado martes la presidencia semestral rotatoria de los Veintiocho. Lo hizo de manos de Grecia, hecho que le sirvió a Renzi para entablar una serie de paralelismos de índole histórica entre ambos países recordando que fueron la cuna de casi todo. «Y sin embargo, en lugar de hablar de nuestros genios, sólo hablamos de primas de riesgos, de dificultades financieras...», lamentó durante su ovacionado discurso de presentación de las líneas maestras de su presidencia comunitaria.
Habló de economía, y mucho, pero ante todo arengó a la UE para que dé un pasó al frente y lidere un nuevo tiempo difícil pero «apasionante» en el que «si no estamos juntos, perderemos». «El gran desafío es poner en valor el alma, el sentido profundo de Europa», enfatizó para defender la continuidad de Reino Unido dentro de la UE tras la crisis provocada por la elección de Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión. «Sin él, seríamos más pobres, pero sobre todo menos Europa», alertó.
Más de Renzi. «Si Europa se hiciera hoy un 'selfie' (autorretrato con el móvil), ¿qué imagen encontraría?. El 'selfie' mostraría una cara de cansancio y resignación. De aburrimiento», recalcó. Pero al margen de la poesía y los sentimientos, admitió que el «gran desafío» sigue siendo la economía, salir de la crisis, crear empleo. «Represento a un partido, el Democrático, que logró más votos que nadie en las elecciones (un 40%). Y lo conseguimos porque decimos la verdad y porque admitimos que los problemas están en nuestra propia casa. Nos exigimos a nosotros mismos, no a Europa», apostilló.
Rifirrafe con los populares
En este sentido, aseguró que él no había exigido cambiar las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, la 'biblia' europea en materia de déficit y deuda pública. «Somos los primeros en respetarlo pero sólo recuerdo que la estabilidad ya la tenemos y el crecimiento, no», advirtió. «Sin crecimiento, Europa no tiene futuro. El mundo exterior corre al doble de velocidad que nosotros. ¿Queremos recuperar esta brecha? ¿Queremos estar en la vanguardia sobre las tecnologías de la información y la comunicación, sobre las inversiones en cambio climático, sobre la importancia estratégica del capital humano?», exhortó el exalcalde de Florencia.
Su principal rifirrafe llegó cuando el alemán Manfred Weber, portavoz del principal grupo de la Eurocámara, el Partido Popular, dejó a un lado la retórica y tiró de números para recordarle que Italia tiene una deuda superior al 130% del PIB. «¿De dónde vendrá el dinero?», espetó. «Escuchamos de los socialdemócratas que tenemos que ser más flexibles, que necesitamos otra interpretación. Es la senda equivocada (...) ¿Si damos más tiempo a Italia y Francia para reducir la deuda, qué vamos a decir a otros países como España, Irlanda o Grecia, que han aprendido la lección y han hecho sacrificios?», recalcó.
Renzi tomó nota y en su intervención final, sacó toca la artillería. Después de mostrarse «sorprendido» por estas palabras, recordó que el PPE jaleaba a Silvio Berlusconi mientras se endeudaba hasta límites insospechados. No pretendía sacar el tema, pero Weber se lo puso en bandeja. «No sé si habla como integrante del PPE o como alemán, pero si lo hace como alemán sólo decirle que si hubo un país al que se le concedió flexibilidad y se le permitió violar los límites, ese país fue el suyo (en referencia la ruptura del Pacto de Estabilidad impulsada por Berlín y París)». «Esto -continuó- desembocó en un proceso de reformas que le ha permitido ser hoy un país que crece».
Touché.