Iglesias debuta con reprimenda por abusar del turno de palabra

Pablo Iglesias, el líder de Podemos y candidato del grupo europeo Izquierda Unitaria para presidir el Parlamento comunitario, fue ayer uno de los grandes protagonistas de la sesión al ser varias veces reprendido por el presidente de la Cámara en funciones, el italiano Giani Pitella, por excederse del tiempo de 5 minutos concedido a todos los aspirantes para presentar sus candidaturas. Fue el primero en intervenir y su alocución estuvo marcada por los lógicos nervios del debut.

No levantó la vista del papel -Schulz, por ejemplo, no leyó en ningún momento-, gritó demasiado y a la hora de leer corrió demasiado temeroso de no poder terminar a tiempo, como así sucedió. A alguien se le pasó comentarle que en Bruselas una de las reglas de oro es hablar con cierto reposo para que los intérpretes puedan hacer su trabajo.

Más que un discurso se trató de una arenga a los eurodiputados del sur y del este, «para que votasen en conciencia» y se inclinasen por «opciones que eviten el saqueo de los pueblos mediante la deuda», para la que pidió quitas, «como de las que se benefició Alemania no hace tanto tiempo». Habló de la casta (cómo no) y de la necesidad de dignificar la política para acabar con el «secuestro» de la democracia y atajar la «deriva autoritaria» de las instituciones.

Leía y leía hasta que ya sobrepasados los 5 minutos, el presidente comenzó a pedirle que finalizara. Lo hizo en varias ocasiones. «Se lo ruego, por respeto a sus colegas. Le voy a tener que interrumpir», insistía. E Iglesias seguía tras recordarle en italiano que «finisco in dieci secondi». No tardó 10 segundos, sino dos minutos. Ya por la tarde, se disculpó.