Uno de cada tres españoles no pagará menos impuestos con la reforma fiscal del Gobierno
El 30% se quedarán como están e incluso un 3% (más de 610.000) saldrán perdiendo según Funcas, que sitúa la rebaja media en 435 euros
MADRID. Actualizado: GuardarAl Gobierno le están saliendo más peros de los previstos a su flamante proyecto de reforma fiscal que ni siquiera ha llegado aún al Parlamento. La primera música que tocó en público hace 10 días el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, apuntaba que habría pocos perjudicados -deportistas foráneos, rentas altas con planes de pensiones, productores de cine o algunos materiales sanitarios-, pero de la letra pequeña del texto se desprende que la lista sería mayor.
Y entre ellos hay también asalariados de a pie, y no precisamente pocos. Al menos eso se desprende de un informe relevante presentado ayer por la Fundación de las cajas de ahorros (Funcas), cuya principal conclusión es que uno de cada tres españoles no verá rebajada su factura fiscal con una reforma que está empezando a ser más controvertida de lo esperado. Para 5,7 millones de contribuyentes, que representan el 29,8% del total, el efecto será neutro. E incluso para un grupo de 613.000, que supone el 3,2%, terminará resultando negativa.
El motivo hay que buscarlo en la forma casi maquiavélica con que Hacienda parece haber diseñado las diferentes escalas del impuesto de la renta (IRPF), haciendo que los nuevos tipos de la tarifa -más bajos- neutralicen en buena medida el impacto de las deducciones. El objetivo se antoja claro: minimizar el impacto negativo para las arcas públicas de la reforma y, según Funcas, lo habría conseguido con creces.
Mientras Montoro hablaba el pasado 20 de junio -tras dar luz verde al proyecto el Consejo de Ministros- de un coste recaudatorio bruto de 4.800 millones de euros en 2015 y sólo para el IRPF, los expertos de las cajas reducen esa cifra en 1.100 millones hasta situarla en 3.704 millones. Para ello cuentan con un efecto que el propio ministro apuntó: la reactivación de la actividad económica que debería provocar la bajada impositiva y cuyo impacto positivo cifran en 1.737 millones.
A ello suman también otros dos factores, que desde el Ejecutivo no niegan pero en los que han preferido no profundizar. De un lado, la mejora inducida por el nuevo ciclo económico -al alza- en el que parece haberse adentrado España y, de otro, el incremento recaudatorio (249 millones) que propiciará el impulso dado a los impuestos al consumo. Con todo ello, el coste final para el erario público de la bajada se reducirá a 1.416 millones en 2015.
Ganadores y perdedores
Se puede hablar, en cualquier caso, de ganadores y perdedores con la reforma. «Entre los segundos -explicó el director de Estudios Tributarios de la Fundación, José Félix Sanz- se encuentran desde peculiaridades vinculadas al ahorro hasta quienes aportaban por encima del máximo, o también los que en 2014 tenían minusvalías a menos de un año que antes debían rendir cuentas a un tipo marginal y que ahora lo harán al tipo fijado para el ahorro».
Son colectivos significativos -fundamentalmente centrados en aquellos con bases liquidables de entre 20.000 y 34.000 euros, que podrán deducirse menos por el trabajo y ya nada por los dividendos-, aunque no mayoritarios, que tendrán que pagar una media de 310 euros anuales más al fisco (unos 22 euros al mes en 14 pagas). La mayoría, sin embargo, sí se verá beneficiada con la rebaja. En dos de cada tres casos (67%), pagarán 435 euros menos por ejercicio (31 euros menos mensuales). Los favorecidos por ello serán 12,9 millones de contribuyentes. No obstante, para quienes se deducen por el mínimo personal -con independencia del número de hijos que tengan- la ventaja será reducida.
Y eso que el tipo medio efectivo del IRPF bajará del 14,7% al 13,5%, mientras que el tipo marginal descenderá del 32,7% al 31,6%. Porque ahorro bruto habrá, y no precisamente poco: 5.400 millones para los contribuyentes en 2015 y otros 2.933 millones en 2016, según Funcas, y teniendo en cuenta que las comunidades autónomas no introduzcan aparte sus propias variaciones.
Los técnicos de las cajas han analizado esta vez declaraciones reales y no modelos econométricos. El resultado arroja que el porcentaje más alto de ganadores se daría en Madrid (76,9%), Baleares (72,8%) y Cataluña (72,6%), mientras que los perdedores tendrían mayor peso en Extremadura (42,9%), Castilla-La Mancha (38,4%) o Castilla y León (33,9%).