Chiclana

Más de 660 vecinos se oponen al secadero de remolacha en Vipren

Aducen «malos olores y proliferación de insectos que afectará a un radio de unos 2 kilómetros» por lo que piden que no se dé licencia de apertura

CHICLANA. Actualizado: Guardar
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Malos olores, proliferación de mosquitos, constante trasiego de camiones. Los vecinos no le ven color, lo miren por donde lo miren y enumeran estos y otros inconvenientes que, a su juicio, tendrá el secadero de remolacha que pretenden instalar a unos metros de sus casas, en los terrenos de Vipren. José Manuel Sotelo no sale de su asombro. «No consigo comprender cómo se está planteando traer una actividad así cerca de un núcleo de viviendas, después de los problemas en Guadalcacín». El presidente de la asociación de vecinos Las Lagunas se muestra tajante: no quieren secadero de pulpa de remolacha que, tal y como adelantó este medio, Azucarera pretende instalar en la zona. Y no es el único, ayer mismo el presidente de la entidad entregó 170 firmas de rechazo más y con esas ya van 665 escritos de vecinos presentados como alegaciones en el Ayuntamiento.

A esta cifra se suma los escritos de rechazo de la actividad enviados al Ayuntamiento por parte de los colegios e institutos de la zona: Al Andalus, Sancti Petri, Las Albinas, Picasso y Hércules. También Sotelo está movilizando a los comerciantes de la zona. «Vecinos, comerciantes y centros educativos, creo que más alto no se puede decir, ¿no?», pregunta Sotelo.

En la misma línea se muestra Armengol Granados, vecino de la zona de Ronda Oeste. «Si se ha visto que en Guadalcacín es tan molesto que no se ha renovado la actividad, no tiene sentido que se traiga junto a viviendas», razona mientras apunta igualmente la cercanía a un parque natural. «Dicen que es una actividad no contaminante pero la proliferación de insectos y malos olores puede producir hasta un cambio en el ecosistema», matiza.

De momento, la actividad está a la espera de ser autorizada o no por el Ayuntamiento. De hecho, la licencia de apertura está pendiente del periodo de exposición pública y alegaciones que termina el próximo 4 de julio. Después de esa fecha, el Consistorio tendrá que decidir qué hace. Para ello, ha pedido informes a la Consejería de Medioambiente y a Chiclana Natural. En principio, la actividad ya cuenta el dictamen favorable de un técnico de Urbanismo, ya que la actividad se asienta en un terreno habilitado para actividad industrial. Igualmente, según ha podido saber este periódico, el secadero cuenta también con la autorización de la citada Consejería ya que por el tipo de actividad y el tiempo también se ajusta a la legalidad.

Por tres meses

«Distinto es el tema de los malos olores, que parece que nadie tiene en consideración», reconoce el presidente de la entidad. Y es que Sotelo tiene claro que serán un hecho, máxime cuando la propia Azucarera contempla «emplear desodorantes en el caso de que sea necesario». Granados añade: «Hablan de que el personal -está previsto que genere unos 10 puestos de trabajo- necesitará llevar mascarillas para el polvo en suspensión, ¿y los vecinos qué? ¿Está claro que generará malos olores?».

En su malestar, los vecinos dejan claro que no se oponen a una nueva actividad industrial en el municipio. «No solicitamos que no se haga, sino que sea en un lugar adecuado, lejos de viviendas». En este sentido según ha podido saber Sotelo, «el área de influencia del mal olor directo es de unos 2 kilómetros y con posibles malos olores hasta en un radio de 7 kilómetros». A eso suman «el constante ir y venir de camiones ya que al parecer en secadero entrarán diariamente 180 toneladas de pulpa de remolacha para ponerla a secar», como explica Sotelo.

Por su parte, Azucarera aclaró ayer que se trata de una actividad no contaminante, que no genera dióxido de carbono y que solo dura tres meses al año, el tiempo que dura la campaña de la remolacha. De hecho, la licencia está pedida solo para ese tiempo. Igualmente, aducen el número de puestos de trabajo que creará la actividad. Sin embargo, los vecinos se muestran inflexibles y solo esperan el 'no' del Ayuntamiento a la petición de licencia de Azucarera. De hecho, en caso de llegar a implantarse, se muestran decididos a realizar cualquier manifestación que haga falta: «Desde protestas a cortar la carretera, pero haremos lo que haga falta».