El Supremo priva a millones de mujeres de Estados Unidos de anticonceptivos
Exime a las empresas con vínculos religiosos de sufragar estos métodos a través de su seguro
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarEn su último día de trabajo antes del receso veraniego, el Tribunal Supremo le puso al Gobierno de Barack Obama «un ojo morado», en palabras de muchos medios de comunicación estadounidenses, pero las verdaderas perdedoras de la decisión de ayer sobre la reforma sanitaria son las mujeres. Y probablemente toda la sociedad, porque abre la puerta a que cualquier empresa se niegue a proporcionar a sus trabajadores cualquier beneficio médico que se interponga con sus creencias religiosas, desde trasplantes de órganos a transfusiones de sangre.
En el centro de la demanda se encuentra una cadena de artesanías llamada Hobby Lobby, de propietarios evangélicos, que emplea a más de 13.000 personas. Según la reforma sanitaria impulsada por Obama, los planes de seguros médicos privados que proporcionan las empresas con más de 50 empleados deben sufragar todo tipo de anticonceptivos femeninos, cuyo copago antes alcanzaba la friolera de más de cien dólares al mes. El Gobierno ha eximido a las iglesias e instituciones eclesiásticas, pero pretendía forzar a todas las empresas privadas con ánimo de lucro a cumplirla, independientemente de las creencias religiosas de sus propietarios.
La mayoría del Tribunal Supremo ha decidido que los empresarios no dejan sus ideas religiosas en casa, sino que tienen derecho a trasladarlas a sus negocios. La jueza Ruth Bather Ginsburg, que lidera la opinión disidente de 5-4 votos, cree que esa decisión «de un alcance alarmante» permitirá a las empresas «salirse de cualquier ley que juzguen incompatible con la sinceridad de sus creencias religiosas» salvo pagar impuestos.