El presidente de Damm tacha de «puñetera estafa» su inversión fallida en Pescanova
MADRID. Actualizado: Guardar«Ha sido una puñetera estafa». De esta forma tan tajante tachó ayer el presidente del grupo cervecero Damm, Demetrio Carceller, su fallida inversión de 40 millones de euros en Pescanova. Lo hizo antes de tener que dar explicaciones a sus accionistas, reunidos en junta, por una aventura empresarial que le ha dejado como gran derrotado.
Y es que si bien las entidades financieras -las principales acreedoras de la multinacional pesquera- han asumido una quita de 1.000 millones de euros con Pescanova para posibilitar su reflotación, Carceller ha terminado fuera de la compañía. Y no es precisamente por haber compartido consejo con el controvertido Manuel Fernández de Sousa, imputado en la Audiencia Nacional por las irregularidades cometidas bajo su presidencia, sino por haber cambiado a última hora el pacto que tenía con la banca.
«Si vuelvo a repetir otra de éstas, mal», fue la única autocrítica que se le escuchó a Carceller, quien insistió en que «de Pescanova ya no vamos a comer, nos han metido mano en la cartera y nos han estafado 40 millones». Ni una mención a ese acuerdo que tenía con la banca para que la compañía saliera de concurso de acreedores con un convenio común y del que quedó fuera, entre otras cosas, por intentar blindarse en el futuro accionariado pese a que tendría una posición minoritaria en él (menos del 30%).
«Es un tema completamente pasado; se acabó, ni una lágrima más por Pescanova -que hoy celebra su junta de accionistas, que dará luz verde a la reestructuración proyectada por la banca acreedora-», zanjó la cuestión. Carceller prefirió centrarse en los 70 millones de beneficio que Damm tuvo en 2013, aunque fuera un 14,6% peor que el año anterior.